Una vez que los juguetes de los niños pierden vigencia (porque los chicos crecieron o los artículos no están en buenas condiciones) hay alternativas para que estos objetos no se conviertan en desechos sólidos. La idea es reducir por completo el impacto ambiental.
José Antonio Pástor, presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes, maneja algunas opciones. La primera de ella es que si estos artículos aún sirven, se los puede donar a un familiar o amigo que tenga un hijo que los vaya a usar. Otra de las opciones es recolectarlos y dejarlos en una guardería, hogar infantil o un centro hospitalario. Eso fue lo que hizo Ana Melo. La mujer de 34 años recolectó junto a su hija Alejandra Terán las muñecas que ya no usaba y las dejó en un hogar infantil, ubicado en la avenida 24 de Mayo, en el Centro Histórico de Quito.
Si los juguetes aún tienen arreglo, se los puede reparar. Un alto porcentaje de estos productos están hechos de plástico, un material que tarda más de 100 años en degradarse.
Por ello, arreglarlos se presenta como otra alternativa para reducir este tipo de desechos y compartir tiempo y experiencias con los niños.
Si lo que se busca es incentivar la creatividad y destreza de los pequeños, construir sus propios juguetes ayuda a que los niños aprendan y conciencien sobre el cuidado del ambiente. Alejandra tiene 10 años. Ella junto a su madre y su tía Lucía construyeron una cocina con el cartón de una computadora que adquirieron. “Para las hornillas usamos pedazos de plástico de unos juguetes que ya estaban viejos”, contó la niña.
En Quito, el colectivo Numa Reciclaje se dedica a la confección de juguetes hechos con materiales que para muchos son ‘basura’. Una de sus creaciones son unos muñecos moldeables guardacosas. Sabrina Jaramillo, integrante del colectivo, indica que con creatividad e ingenio todas las cosas tienen una segunda vida útil. En caso de que los juguetes usen pilas o baterías y no tengan reparación es necesario retirarlas para que no contaminen y dejarlas en un centro de acopio.
Otras opciones
Elija con los niños los juguetes que ya no usan y que por lo tanto solamente ocupan espacio. Límpielos y apártelos en una caja o bolsa.
Los juguetes que estén en buen estado se pueden ofrecer a familiares o a centros de beneficencia.
En el caso de los antiguos se pueden dejar en un museo u ofertarlos a algún coleccionista.