El Mercurio de Chile, GDA
Cinco roqueros orientales posan frente al Paseo Ahumada, en Santiago de Chile. Los adultos que pasan los miran extrañados. En cambio, los adolescentes comentan sueltamente el precio de las entradas. Es el afiche gigante de Dir en Grey, quizá la banda más popular del rock japonés contemporáneo, instalado en la disquería Feria Mix.
Japón se interna entre chilenos
La ‘japonización’ es un fenómeno que va más allá de los dibujos animados y el animé. En cinco días se agotaron las entradas VIP para el único concierto en Chile de Dir en Grey, padres del rock japonés moderno.
El interés por la cultura japonesa en Chile va en aumento al punto de armar bandas folclóricas de música de ese país.
Las inscripciones en el Instituto Cultural Chileno Japonés se duplicaron este año.
El recital, anunciado para el court central del Estadio Nacional, será el debut de una banda de rock oriental en el recinto y la coronación de la insólita serie de visitas de estrellas del JMusic (música pop japonesa) a Chile en el último tiempo.Ç
Artistas como Eizo Zakamoto (agosto, 2008), el dúo LMC (enero 2009), los cantantes Hiroshi Kitadani y Massaki Endoh (11 y 12 de octubre, 2009) o los roqueros Mucc el 29 de octubre… Muchos incluso vienen directo a este país como Dir en Grey y continúan su gira en el Hemisferio norte.
Pero uno de los hitos fue la primera presentación en Chile de Miyavi, un compositor de rock japonés. Las 4 000 entradas para su show del 22 de mayo de 2008 en el Teatro Teletón se agotaron en apenas 15 minutos. Los organizadores no lo podían creer. Al igual que la gente que pasaba por ahí, al ver los raros peinados de los fans y escenas de fanatismo dignas de barra brava, con chicos cantando a gritos, casi en trance.
Mientras cae la última lluvia sobre Santiago, un grupo de jóvenes se refugia en una casona de Alcántara para exponer sobre rock o política. Pero no en castellano, sino en japonés. Es difícil entender sus extrañas modulaciones y sonidos.
Por eso antes, repartieron al público asistente fotocopias con los textos traducidos al castellano.
“El boom por estudiar japonés viene del animé y el rock. La diferencia con las generaciones anteriores que también rayaban con lo ‘japo’, es que ahora existe Internet como disparador de la curiosidad. Así, pueden ver las series en su idioma original y de ahí empezar a investigar la cultura de donde provienen”, explica María Cristina Pérez de Arce, la encargada de asuntos culturales del Instituto Chileno Japonés.
Fabiola Niefergold (20) estudia bibliotecología en la UTEM y habla japonés. En el colegio, empezó a asistir a los ciclos de animé del Cine Arte Alameda. Antes de Google, estos festivales junto a las revistas y las tiendas especializadas eran las únicas instancias para japonizarse. “De repente empezó a llegar mucha gente. A veces se llenaba tanto que quedaba público afuera”, explica.
Marcelo da Venecia, ex bajista de la banda Weichafe, armó junto a un par de amigos hijos de japoneses, la banda Akatambo. Ellos hacen folclor japonés usando instrumentos occidentales como violín o flauta traversa y editaron el año pasado el disco ‘Camino de la luna’. “Antes de unirme a ellos no conocía nada de la música japonesa. Está muy arraigada con la naturaleza: si la letra te habla del océano, las notas intentan reproducir lo que te provocan las olas”.
“El público siempre estuvo ahí para esta música, lo que pasa es que ahora la cosa explotó”, piensa Patricio Subiabre asesor comunicacional de Bizarro, productora del show de Dir en Grey.