Un investigador del FBI trabaja en el lugar donde dos hombres murieron al intentar atacar una exhibición de caricaturas de Mahoma en Garland, Texas, Estados Unidos, el 4 de mayo del 2015. Foto: Mike Stone/ EFE.
La milicia terrorista Estado Islámico (EI) asumió el 5 de mayo del 2015 la autoría del atentado perpetrado el domingo contra el edificio en el que se celebraba un concurso de caricaturas de Mahoma en el estado de Texas, en Estados Unidos.
Dos ‘soldados’ del Estado Islámico (EI) dispararon en la exposición, aseguraron el 5 de mayo del 2015 los extremistas a través de su emisora de radio Al Bayan. Los islamistas consideran ofensivas las caricaturas de Mahoma expuestas en el evento. Al mismo tiempo, el portavoz del grupo amenazó con nuevos ataques en Estados Unidos a partir de ahora. “Decimos a los estadounidenses que lo que está por llegar será más grande y más amargo”. Las autoridades estadounidenses iniciaron investigaciones para determinar si los atacantes tenían vínculos con EI, dijo el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.
Está claro que la policía ha frustrado un intento de ataque terrorista, independientemente de si Estado Islámico estuvo involucrado, señaló el portavoz. “No hay ninguna expresión, por más ofensiva que sea, que justifique un acto de terrorismo o incluso un acto de violencia”, agregó Earnest.
En tanto, medios de comunicación en Estados Unidos apuntan que en caso de que la autoría de EI fuese cierta, se tratará del primer ataque del grupo yidahista en suelo estadounidense. Uno de los autores – un ciudadano norteamericano convertido al islam- había estado recientemente bajo vigilancia del FBI por proporcionar información sobre el EI en redes sociales, informó “The New York Times”.
Según el diario, los dos musulmanes, de 30 y 34 años, vivían en el mismo complejo de apartamentos en Phoenix, estado de Arizona. Ambos visitaban también la misma mezquita. Pero los medios también se preguntaron si eventos como el de Texas no representan una provocación contra los musulmanes. El “New York Times” mencionó “las tensiones entre Occidente con su defensa a la libertad de expresión y la insistencia de muchos musulmanes de que la representación del profeta Mahoma es un sacrilegio”. “Sabíamos que esto iba a suceder“, dijo el diputado republicano Steve King.
“El objetivo de los yihadistas es minar el derecho a la libertad de expresión e introducir la ley islámica en Estados Unidos”, señaló. Los dos atacantes se bajaron de un auto frente al centro del evento en Garland, a las afueras de Dallas, y comenzaron a disparar.
Las fuerzas de seguridad respondieron a los disparos y mataron a los atacantes. Entre los oradores del evento, organizado por la American Freedom Defense Initiative (AFDI) – una organización de Nueva York considerada antiislámica y de extrema derecha- se encontraba el político holandés populista de derechas e islamófobo Geert Wilders. Las caricaturas de Mahoma han sido objetivo de controversia desde que un periódico danés publicó una serie en 2005, provocando la indignación del mundo musulmán.
En el islam está prohibida la representación de Mahoma u otros profetas, por lo que muchos musulmanes lo consideran ofensivo y una blasfemia. En enero, hombres armados atacaron en París la redacción de la revista satírica francesa “Charlie Hebdo”, que solía publicar caricaturas de Mahoma, matando a 12 personas. Cinco semanas después se produjo otro atentado contra un café cultural de Copenhague en el que murió un cineasta danés. La policía abatió después al presunto terrorista.
Los investigadores creen que el verdadero objetivo del atacante era el caricaturista sueco Lars Vilks, quien se encuentra desde hace años en el punto de mira de las críticas islámicas por sus dibujos de Mahoma. Estado Islámico ha amenazado a Occidente con ataques en varias ocasiones.
En el pasado ya reivindicó la autoría del ataque contra el Museo Nacional del Bardo en Túnez el pasado marzo. También uno de los atentados de París del pasado enero estaría relacionado con los extremistas, mientras el otro fue reivindicado por Al Qaeda. El EI controla un amplio territorio de Siria e Irak. Estados Unidos y sus aliados bombardean desde hace meses posiciones del grupo en los dos países.