Brasilia, La Paz. Reuters y DPA
El presidente de Irán, el ultraconservador Mahmud Ahmadinejad, arribó ayer a Brasil para buscar apoyo a su controvertido programa nuclear, en su primera parada de una gira por Sudamérica.
El líder iraní inició ayer en Brasilia una gira que lo lleva hoy a La Paz (Bolivia) y que finalizará mañana en Caracas (Venezuela).
El Régimen iraní, cuestionado en su país y casi aislado del mundo por el programa nuclear, busca en la región nuevos socios políticos y comerciales.
Teherán procura apoyos internacionales, que sean comprensivos con su política nuclear y, sobre todo, socios comerciales que le permitan esquivar los efectos del seguimiento que sufren todas sus operaciones financieras en el exterior. Más de 80 grandes bancos internacionales han dejado de hacer negocios con bancos iraníes en los últimos años.
Pero políticos de oposición brasileños condenaron la visita, citando preocupaciones por el programa nuclear iraní, su negación del Holocausto e informes sobre abusos a los derechos humanos. Asimismo, cientos de personas protestaron en Río de Janeiro y Brasilia, instando al presidente Lula da Silva a que adopte una línea dura hacia Ahmadinejad.
En el largo encuentro que sostuvieron ayer en el Palacio de Itamaraty, la sede de la Cancillería brasileña en Brasilia, Ahmadinejad no escuchó ningún asomo de línea dura, sino más bien un tácito apoyo de su homólogo de Brasil.
Lula da Silva exhortó al líder iraní a buscar un diálogo con miras a una solución “justa y equilibrada” para la crisis desatada por las sospechas en torno a supuestos objetivos bélicos de su programa nuclear. Lula , además, afirmó que los brasileños “reconocemos el derecho de Irán de desarrollar un programa nucleares para fines pacíficos, con pleno respeto a los acuerdos internacionales”.
En respuesta a las declaraciones de su par brasileño, Ahmadinejad, expresó en Brasilia el apoyo de su país a la aspiración de Brasil a conquistar un lugar de miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. En el marco de su visita de 24 horas al gigante sudamericano, Ahmadinejad también defendió en un discurso una amplia reforma del Consejo de Seguridad que, a su juicio, “fracasó en el objetivo de establecer la seguridad internacional”.
Tras una reunión de trabajo, Lula y Ahmadinejad presidieron la firma de nuevos acuerdos de cooperación en áreas como energía, ciencia y tecnología, agricultura y biocombustibles.