Un sonido extraño hizo que se pusieran de pie en forma inmediata. Una persona había trepado la pared y caminaba por su azotea. “Prendimos inmediatamente las luces y llamamos a la Policía. Nos quedamos helados; creo que eran más de dos personas las que ingresaron a mi casa”, contó Manolo Vasco, vecino de la ciudadela La Presidencial, ubicada al oriente de Ambato.
Al otro día decidieron con su esposa financiar en forma urgente la instalación de un cerco eléctrico. Ángel Ortiz, gerente de la empresa All Cerco de Ambato, lo instaló. Desde entonces se siente seguro. Ortiz contó que en los últimos dos años se incrementó la demanda de estos dispositivos. En la actualidad, el negocio ha crecido en un 80%. En los últimos 15 días, el técnico instaló más de 300 cámaras de circuito cerrado de televisión en la parroquia Cunchibamba, al norte de Ambato.
“Las familias se sienten inseguras y por eso optan por colocar estos sistemas electrónicos, que los pueden monitorear desde teléfonos celulares”, contó Ortiz. Explicó que al mes coloca más de 150 sistemas de seguridad, tanto en cercos eléctricos como circuitos cerrados de televisión. El 70% es en viviendas, residencias y conjuntos habitacionales. El 30% restante va a fábricas, empresas y negocios en las ciudades de Riobamba, Ambato, Latacunga, Salcedo, Puyo y Quito.
Aumento de robos
Un informe difundido por la Policía Judicial (PJ) detalla que en las ciudades de Ambato y Riobamba, el robo a negocios, locales comerciales y a viviendas se incrementó entre el 22% y 30% durante los meses de enero a agosto de 2022. En Tungurahua, entre enero y agosto de 2021 se registraron 162 robos a viviendas; en el mismo periodo de 2022, la cifra subió a 192 casos. El robo a negocios y empresas también creció, pasando de 82 casos denunciados entre enero a agosto del año pasado, a 102 casos en lo que va de 2022.
Eso permitió que la instalación de cámaras y cercos de seguridad en viviendas, fábricas y locales comerciales aumente entre el 70 y 80% en medio de la tensión social, según un estudio efectuado por Importadora Comercial Ochoa (ICO).
Fernando Herrera, director de Cuentas de ICO, mencionó que a través de un estudio efectuado con base en datos del Servicio de Rentas Internas, se determinó que Ecuador factura anualmente USD 10 millones en la instalación de circuitos cerrados de televisión en viviendas, locales comerciales, empresas, fábricas y más.
En el caso de su firma, en 2020 importaron y vendieron un promedio mensual de 1 600 cámaras para circuito cerrado de televisión. Esta cifra se incrementó a 2 300 en 2021. Este 2022 ya van unas 3 300 mensuales. Para especialistas, ocurre porque Ecuador vive un estado de inseguridad desde 2019 por factores como manifestaciones, narcotráfico, falta de empleo, entre otros.
El jefe subrogante de la PJ de Tungurahua, Édison Medrano, ratificó que, ante el incremento de los robos a domicilios en la provincia, ahora hay una demanda de equipos tecnológicos de seguridad en el mercado. En medio de esta situación, en lo que va de este 2022 se desarticularon 15 agrupaciones delictivas dedicadas al robo de domicilios y locales comerciales en esta parte del país.
“Estamos trabajando en el control y vigilancia de los diversos sitios de la urbe para evitar que los casos se incrementen”, contó Medrano. Por ejemplo, hace 15 días fueron aprehendidos dos grupos delictivos en la ciudad de Baños y otra en Ambato. Los 10 integrantes se dedicaban a robar casas y negocios en la ciudad de Ambato, Quito y otras urbes.
Para apoyar a las autoridades en estas acciones, la gente de los barrios se está organizando con las alarmas comunitarias y la capacitación policial a los moradores sobre seguridad y protección. La comunicación entre ellos y sus sistemas de seguridad son ahora fuentes de información para mapear los focos de delitos en estas localidades.
Este es el caso de Susana Villalva, moradora del sector La Vicentina, en el norte de Ambato. Ella financió la instalación de los sistemas electrónicos de seguridad.
La mujer invirtió USD 1 000 en el cerco eléctrico y en el circuito cerrado de televisión. La decisión la adoptó porque a varios de sus vecinos les robaron sus oficinas y las viviendas. “Hay más inseguridad. Con la instalación de cámaras y del cerco, tratamos de protegernos de alguna manera de la delincuencia”.