Redacción Sociedad
El área especial para chequear los cuadros de gripe AH1N1 pasa repleta en el Hospital Eugenio Espejo, de Quito. El servicio de Neumología, en el sexto piso de este centro, registra un promedio de 10 internados cada día, entre sospechosos y confirmados.
2 900 personas
mueren cada año en el país por algún tipos de infección respiratoria aguda.
El jefe de Neumología de este centro, el médico Eduardo Castro, sostiene que previamente los pacientes llegan con síntomas de algún tipo de Infección Respiratoria Aguda (IRA).
Esta enfermedad no es más que una afección que ataca a las vías respiratorias y es provocada por el rinovirus, coronavirus y el virus de la influenza (gripe).
Pero también pueden aparecer por bacterias y hongos. La IRA va desde un simple resfriado hasta la neumonía.
Pero también hay la rinitis, sinusitis, influenza y bronquitis.
Usualmente, los virus u otros microorganismos ingresan por la mucosa nasal, inflaman las estructuras altas del sistema respiratorio y producen secreciones en la nariz y dolor de garganta.
La IRA es frecuente en aquellas personas cuyo sistema inmunológico está deteriorado por consumo inadecuado de medicamentos, presencia de enfermedades terminales o crónicas, por consumo excesivo de bebidas alcohólicas, entre otros.
Byron Canelos, otro médico neumólogo, explica que las complicaciones por IRA se presentan con dolores de cabeza intensos, malestar, dolores abdominales, de huesos y de músculos…
Si se detecta tempranamente se aplican antibióticos o antivirales, dependiendo de la causa.
A Corina Llerena le suministraron lo segundo y pidieron reposo por una semana. Ella tiene 32 años y hace dos semanas acudió al Hospital Eugenio Espejo por temor a contraer el virus de la influenza. “Todos en la casa estaban agripados y de pronto también empecé a sentirme bastante mal. Por eso vine”.
Luego de ser chequeada, solo le detectaron resfriado. El médico neumólogo, Carlos Salvador, alerta que cuando la infección se agrava y no es tratada a tiempo, los pacientes corren el riesgo de complicar los pulmones. Por ello, inicialmente pueden presentar pulmonías y luego neumonías.
Esta última es la más grave de las infecciones respiratorias y hace que el paciente se vuelva proclive a AH1N1. En estos casos, los pulmones se llenan de pus u otros líquidos que dificultan que el oxígeno llegue a la sangre y que este órgano presente alteraciones.
Salvador explica que cuando las neumonías se complican se llega a la insuficiencia respiratoria, es decir, dificultades graves para respirar. Cuando aquello ocurre, los pacientes incluso pueden ingresar a los servicios de Cuidados Intensivos y utilizar respiración artificial. En este caso, el riesgo de mortalidad llega a un 40%.
Un estudio realizado por el Centro de Estudios de Población y Desarrollo Social (Cepar) detalla que en Ecuador las infecciones respiratorias agudas son la principal causa de muerte en niños menores de 5 años y en personas de la tercera edad.
Según la investigación, en el área urbana se presenta el 45,7% de casos y el 38,3% en la rural.
Además, varía de un 16,5% de afectados en Guayas a un 20,7% en Imbabura, en donde las temperaturas frías contribuyen al aparecimientos de la IRA.
Los médicos explican que la frecuencia respiratoria es importante para determinar el grado de una infección. Cuando es ‘aguda leve’, el paciente tiene una frecuencia menor a 40 respiraciones por minuto.
En un cuadro moderado se observa una frecuencia de 40 a 60 veces por minuto. Y en caso de que el número de respiración sea mayor a 60 es considerada una infección respiratoria grave.
Lo normal -explican los especialistas del Eugenio Espejo- es que la persona tenga de 12 a 16 respiraciones por minuto.
4 factores para recuperarse
Las posibilidades de recuperarse de una neumonía dependen de condiciones como la edad del paciente, diagnóstico médico oportuno, el nivel de defensas contra otras enfermedades y si la infección no se ha diseminado en el organismo.
El riesgo de mortalidad se incrementa en un 50% si la neumonía se adquiere en un hospital, porque una persona enferma es más proclive a infecciones. El estudio de Cepar señala que el 7,8% de encuestados tuvo tos o resfriado; el 6,7% presentó tos, resfriado y otra enfermedad grave; el 9% fue atacado por neumonía… La prevalencia de infecciones varía del 37% entre niños de 0 a 5 meses de edad al 47,7% entre los de 6 a 11 meses.