Ovidio Guzmán López (d) nació en 1990 y es uno de los cuatro hijos de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán
El jueves 17 de octubre del 2019 una operación de las fuerzas federales mexicanas se enfrentaron en Culiacán, Sinaloa, a cuatro integrantes del Cártel de Sinaloa. Cuando lograron aprehenderlos, entre ellos, se encontraba Ovidio Guzmán, hijo de ‘El Chapo’ Guzmán.
Tras su breve detención, otros hombres fuertemente armados llegaron para liberar una batalla campal contra los uniformados, por lo que las fuerzas de seguridad decidieron retirarse dejando libre a Ovidio Guzmán.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo este viernes 18 de octubre del 2019 que la puesta en libertad de Ovidio Guzmán fue para evitar poner en peligro “las vidas de las personas”.
De manera preliminar, el suceso ha dejado hasta hoy, viernes 18 de octubre del 2019, ocho muertos; un civil, un agente de la Guardia Nacional, un interno de un penal del municipio y cinco agresores. Además de 16 heridos, y 49 reos fugados de la prisión de Culiacán en la que se registró un motín.
Vista de vehículos quemados después de que hombres armados fuertemente armados libraron una batalla total contra las fuerzas de seguridad mexicanas en Culiacán, estado de Sinaloa, México, el 17 de octubre de 2019. Foto: AFP
¿Quién es Ovidio Guzmán?
Ovidio Guzmán López nació en 1990 y es uno de los cuatro hijos que Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán mantuvo con su segunda esposa Griselda López.
Apodado como ‘El Ratón’, Ovidio es uno de los integrantes del Cártel de Sinaloa. Conocido por su gusto en caballos y pelas de gallos, Ovidio mantenía un perfil bajo dentro de la organización narcodelictiva, hasta el momento.
Por él pesa una orden de extradición a Estados Unidos desde septiembre del 2019. Los cargos por los que se le acusa son la distribución de cocaína, marihuana y metanfetaminas desde 2008 hasta el 2018 a Norteamérica.
Un empleado del servicio forense recoge casquillos de bala después de que hombres armados fuertemente armados libraron una batalla total contra las fuerzas de seguridad mexicanas en Culiacán, estado de Sinaloa, México, el 18 de octubre de 2019. Foto: AFP
¿Por qué Sinaloa vive bajo el poder del narcotráfico?
Para entender la situación actual del estado Sinaloa, hay que remontarse al siglo pasado, cuando la región se convirtió en una zona de plantación de amapola para producir morfina destinada a los soldados estadounidenses que combatían en la Segunda Guerra Mundial, contó Javier Oliva, experto en seguridad.
“El opio necesita muchas horas de sombra, por eso las montañas del Triángulo de Dorado, formado por varias regiones de los estados de Sinaloa, Chihuahua y Durango, tienen buenas condiciones para su plantación”, añadió Oliva, investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Desde la década de 1960, Sinaloa, que cuenta con 656 kilómetros del litoral en el Golfo de California y el Océano Pacífico, fue ganando peso en la producción de amapola y de marihuana a pesar de los operativos del Ejército mexicano para desarticular plantaciones.
Este estado mexicano ya era en la década de 1980 la cuna de algunos de los narcotraficantes mexicanos más destacados, como el famoso ‘Chapo’, condenado a cadena perpetua en Estados Unidos, Ismael Zambada o Miguel Ángel Félix Gallardo.
Los soldados patrullan los alrededores del palacio de gobierno en Culiacán, estado de Sinaloa, México, el 18 de octubre de 2019. Foto: AFP
El nacimiento del Cártel
El Cártel de Sinaloa nació en 1989 fruto de la persecución gubernamental del ya extinto cártel de Guadalajara, y se convirtió en una de las mayores organizaciones de tráfico de drogas a Estados Unidos.
“A diferencia de otros cárteles más violentos, como los Zetas o la Familia Michoacana, el Cártel de Sinaloa generó un escenario más estable y pacífico mientras se convertía en una gran empresa transnacional“, opinó el experto en seguridad y profesor de la Escuela de Gobierno del Tec de Monterrey Juan Carlos Montero.
Su crecimiento ha sido posible gracias a sus conexiones internacionales, sobre todo con cárteles colombianos, y a la corrupción y convivencia de las autoridades locales de Sinaloa y de la frontera estadounidense.