El retorno de una parte de los latacungueños, tras cuatro meses de su salida por una supuesta erupción del volcán Cotopaxi, comenzó. Las calles y las viviendas de los barrios y ciudadelas El Loreto, El Carmen, Av. Cotopaxi, Las Fuentes y la ciudadela Patria, localizadas en las zonas de riesgos por el posible descenso de lahares, de a poco recuperan a sus habitantes.
El éxodo se dio desde del 15 de agosto del 2015, cuando se hizo una evacuación preventiva, luego de las primeras explosiones registradas en el coloso dormido por 138 años. A pesar de que no hubo datos oficiales del número de población que dejó sus viviendas la mayoría de familias decidió mudarse a Pujilí, Saquisilí, La Maná, Ambato…
Los técnicos del Municipio de Pujilí estimaron que al menos
2 000 personas estaban viviendo en este cantón, localizado al oeste de Latacunga. Mauro Gallegos, vecino del Conjunto Habitacional El Remanso, ubicado a 50 metros de las riberas del río Cutuchi, fue uno de los que abandonó su casa. Con sus tres hijos y su esposa se mudó a una propiedad en Pujilí.
Hace 15 días, la familia decidió retornar a casa. Cuenta que cuando ocurrió la alarma del 15 de agosto no estaban preparados para enfrentar este fenómeno, pues no sabían a dónde ir y no tenían una mochila de emergencia. Todo eso cambió y ahora cuentan con alarmas y los sitios de albergues están señalados.
Su regreso ayudó a que sus hijos vayan con tranquilidad a la escuela. “Estamos aprendiendo a convivir con el volcán y nos preparamos ante una posible emergencia más fuerte”, contó Mauro.
A pocos pasos está la villa de María Teresa Carrera, de 70 años. La mujer, pese al cambio de alerta, se negó a partir. Lloraba y miraba cómo sus vecinos se iban. Fue un momento triste, solo se quedaron 10 de las 40 familias que habitaban en el conjunto habitacional localizado en el norte de Latacunga. Además, no salió porque no tenía a dónde ir.
Al momento hay tranquilidad en el volcán Cotopaxi y eso hizo que poco a poco los vecinos retornaran con sus bienes. “Actualmente estamos 17 familias. Otros aún están viviendo en Pujilí, Saquisilí y zonas consideradas de seguridad de Latacunga. Si cambiaba la alerta de amarilla a naranja tenía previsto salir a donde sus familiares”, dijo Teresa.
Algunos habitantes de los barrios ubicados en las zonas de riesgo por el descenso de lahares, retornaron a sus hogares y se dedicaron a limpiar la ceniza del Cotopaxi. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO
Todos los días está pendiente de los informes emitidos por el Instituto Geofísico en la Internet y de las noticias que se emiten por la televisión y por la radio. “Dormimos con el un ojo abierto y el otro cerrado” contó sonriendo.
En el barrio El Loreto hay más movimiento en la calle. Mujeres, niños y adultos caminan y otros se movilizan en sus vehículos por este sector que hace tres semanas estaba casi abandonado. Los grupos familiares comenzaron a regresar a sus viviendas para no pagar los excesivos valores de los arriendos.
Para animar y poner la alegría en el sector, Manuel Altamirano comenzó a armar un nacimiento gigante con figuras inflables. Colocó luces de colores y al tradicional Papá Noel, los renos, muñecos de nieve y otros personajes navideños. Eso llama la atención de sus vecinos y otras personas que con sus hijos pasean por el lugar.
Altamirano contó que hace 7 años invierte parte de sus recursos para comprar los globos en Estados Unidos, donde está radicado. Su objetivo es poner algo de alegría y animar a que la gente retorne.
“Hay más movimiento, los amigos están regresando y esperamos que en los próximos meses todo retorne a la calma. Antes elaborábamos los monigotes y se reunían para compartir esos momentos”.
En la labor apoya Francisco Malavé. Desde la calle hace señas para ubicar esas figuras que con cuidado colocan en el estrecho jardín y en lo alto de la construcción de dos plantas. Espera que sus vecinos comiencen a venir a casa.
A 10 cuadras de allí está Sara Bermeo. La mujer, de 40 años, no piensa salir de su vivienda de los plantas. Todo este tiempo se quedó, pero siempre estaba atenta a las noticias del coloso. Afirmó que la Navidad lo pasará junto a su familia aunque solo retornaron 5 de las 13 familias que salieron asustados por el volcán Cotopaxi.
En la Navidad compartían con todos los vecinos, pero ahora cree que será un poco triste. “Estamos tranquilos, en todo este tiempo hemos aprendido a convivir con el volcán. Nos encomendamos a Dios porque no sabemos cuál será la magnitud de una posible erupción”.