Patricio Alarcón, presidente CCQ; Roberto Aspiazu, director CEE, y Christian Cisneros, drector de Capeipi. Foto: Archivo
El beneficio neto que recibirá el Fisco por la reforma tributaria que envió a la Asamblea pasará de USD 200 millones a unos 150 millones, tras los ajustes anunciados por el presidente Lenín Moreno.
El monto lo anunció el martes, 14 de noviembre, el director encargado del Servicio de Rentas Internas (SRI), Manolo Rodas.
La noche del lunes, el Jefe de Estado señaló que realizará siete cambios a su paquete económico. Solicitó eliminar la reforma que cambia el pago del impuesto a la renta para las personas sin hijos y, más bien, introducirá más beneficios para este segmento. Para las empresas, el Régimen anunció incentivos, vía Decreto, como la devolución del anticipo de este año.
Según Roldán, solo la eliminación de las reformas al pago de IR para las personas naturales, según las cargas familiares, significa un sacrificio fiscal de USD 30 millones.
También se reducirán los ingresos para el Fisco al mantener la reducción de diez puntos al IR cuando se reinvierta en ciencia y tecnología, un aspecto que ha sido muy criticado por el sector empresarial.
Pero Roldán explicó que este beneficio continuará únicamente para el sector exportador e industrial, siempre que se prefiera al producto local.
Las condiciones preocupan a los empresarios. “Esto estará atado a la compra de un porcentaje de insumos nacionales, que es lo mismo que no devolver. Si cumplen ese porcentaje se presume que están trabajando bien, lo cual no siempre es cierto”, dijo Patricio Alarcón, titular de la Cámara de Comercio de Quito.
Para los representantes del sector empresarial, las objeciones al proyecto de Ley, presentadas por el propio Ejecutivo, son positivas, pero insuficientes. Creen que los cambios recientes reflejan que el proyecto estuvo mal planteamiento desde el inicio.
La tarde del lunes, 13 de noviembre, los gremios presentaron ante la Asamblea 20 reparos al proyecto e incluso la Cámara de la Pequeña y Mediana Empresa de Pichincha (Capeipi), principales beneficiarios del paquete de reformas, solicitó que fuera archivado.
Según Roberto Aspiazu, director ejecutivo del Comité Empresarial Ecuatoriano (CEE), los desaciertos del proyecto son responsabilidad del frente económico, “que ha asesorado mal al Ejecutivo”.
Los gremios piden la revisión de varias medidas que están por fuera de la reforma como la tasa aduanera, que entró en vigencia desde este lunes 13 de noviembre y que ha provocado el rechazo de empresarios.
En el área microempresarial, los cambios anunciados ayudarán a la liquidez de las empresas. Sin embargo, siguen sin incluirse varios pedidos.
Entre ellos están el incremento de incentivos para la innovación y calidad y normativas especiales para las microempresas, señaló Christian Cisneros, director ejecutivo de la Capeipi.
El Director encargado del SRI se pronunció sorprendido por el pedido de la Capeipi de archivar la Ley y aseguró que el lunes, “en un almuerzo, el presidente de Capeipi dijo que apoyaban la reforma”.
Para Richard Martínez, presidente del CEE, “es bueno que se haya escuchado algunas preocupaciones, pero el proyecto es insuficiente porque no apunta a la verdadera reactivación productiva y mantiene el enfoque fiscalista”.
Para el directivo, es necesario incluir la eliminación del anticipo del IR, la devolución progresiva del exceso del anticipo, no eliminar las deducciones por provisiones por jubilación y desahucio, entre otros.
Rodas señaló que se corrigieron aspectos reclamados por el sector empresarial. Justificó las medidas planteadas inicialmente por el Gobierno, las cuales estaban enmarcadas en una política de progresividad, donde los que más tienen más pagan. Y rechazó las aseveraciones de que el Gobierno no ha atendido los pedidos del sector empresarial. “Sí se acogieron temas importantes como la devolución del impuesto mínimo”. La medida, dijo, significará USD 50 millones de sacrificio fiscal en el 2017; USD 120 millones el 2018 y USD 240 millones el 2019.
Sobre el pedido de los pequeños empresarios de pedir el archivo del proyecto, solo dijo: “aquí dijeron otra cosa”.