En esta foto de archivo tomada el 3 de abril de 2019, el ex presidente de Nissan, Carlos Ghosn (izq) y su esposa Carole (der) dejan la oficina de su abogado en Tokio. Carole Ghosn, quien no hace mucho fue una figura influyente pero discreta en el mundo de la moda de Nueva York, ha sido puesta en el centro de atención por el arresto de su marido magnate Carlos y su posterior huida desde Japón. Foto: AFP
El expresidente de la alianza Renault-Nissan Carlos Ghosn aseguró este jueves 2 de diciembre del 2020 que fue él quien organizó su salida de Japón, donde permanecía en arresto domiciliario para ser juzgado por irregularidades financieras, para refugiarse en el Líbano.
En una corta declaración difundida por sus abogados, el empresario eximió de cualquier responsabilidad a los miembros de su familia, especialmente a su mujer, Carole.
“Las alegaciones en los medios de que mi esposa Carole y otros miembros de mi familia desempeñaron un papel en mi salida de Japón son falsas y mentirosas. Solo yo organicé mi marcha. Mi familia no jugó ningún rol”, subrayó Ghosn en su comunicado.
El misterio envuelve todavía la fuga del exdirectivo, contra quien la Interpol emitió este jueves una orden de arresto internacional, según el ministro libanés de Justicia en funciones, Albert Sarhan.
Esa “notificación roja” solicita a las autoridades arrestar de forma preventiva al fugitivo de la justicia nipona a la espera de extradición, entrega u otra acción judicial similar.
Ghosn, de 65 años, estaba en libertad bajo fianza en Tokio a la espera de un juicio que podría representar para él una larga condena en las cárceles.
La cadena pública nipona de televisión NHK informó este jueves de que Ghosn contaba con dos pasaportes franceses y pudo utilizar uno de ellos para entrar legalmente al Líbano.
Un vehículo identificado por documentos judiciales como perteneciente a al expresidente de Nissan y Renault, Carlos Ghosn, sale de una casa en el área de Ashrafieh en Beirut, Líbano, este 2 de enero de 2020. Foto: EFE
El exdirectivo llegó a Beirut el lunes 30 de diciembre por la noche en un avión privado, tras haber hecho escala en Turquía, donde se ha abierto una investigación y han sido arrestadas este jueves siete personas por haber supuestamente facilitado su huida.
Por su parte, la Seguridad General libanesa dijo el martes 31 de diciembre del 2019 que el acusado entró “legalmente” al país árabe, del que tiene la nacionalidad, además de la brasileña y la francesa.
Tras la huida de Ghosn, probable endurecimiento del sistema judicial japonés
La huida de Carlos Ghosn, inculpado en Japón dio lugar a llamados a endurecer el sistema judicial japonés pese a que, en el extranjero, se considera que ya viola los derechos humanos de los acusados.
“¡Ya me lo imaginaba!” respondió un funcionario de Nissan al enterarse de la fuga a Líbano de su exjefe, acusado de presuntas malversaciones financieras. “¿Es así como quiere demostrar su inocencia, huyendo al extranjero?”. Según el diario japonés Asahi Shimbun, “no se debería conceder la libertad bajo fianza a los sospechosos que nieguen los cargos que se les imputan”, añadió este alto representante del fabricante de automóviles.
Este firme dictamen refleja el parecer de muchos japoneses para los que, al marcharse, el expresidente ejecutivo de Renault y Nissan casi demuestra su culpabilidad.
“Eso es lo que predijimos”, recordó al periódico Mainichi Shimbun un fiscal bajo cobertura del anonimato. En efecto, la fiscalía no dejó de argumentar ante el juez que no se debía dejar salir “al sospechoso Ghosn” de su prisión en Tokio, alegando que existía “un riesgo de destrucción de pruebas y de fuga”.
El tribunal consideró que esa probabilidad era baja y puso fin a su detención preventiva, pero bajo estrictas condiciones, entre ellas la de no ver ni contactar a su esposa Carole, presentada como el cerebro de la operación de fuga, según la prensa extranjera.
‘Los ricos consiguen escapar ‘
Oficialmente, el gobierno japonés aún no ha respondido. Sin embargo, además de los votos de los electos del partido gobernante, los medios de comunicación pidieron que endurezca los procedimientos de libertad bajo fianza.
El caso Ghosn “demuestra que los ricos que cuentan con apoyo consiguen huir al extranjero, independientemente del rigor con los que los tribunales imponen condiciones de libertad bajo fianza”, resume Tsunehiko Maeda, exfiscal.
La huida del exmagnate del automóvil se considera un acto de cobardía y un obstáculo para el sistema judicial japonés. “ Para evitar que este tipo de caso se repita, debemos debatir la manera de colmar las lagunas del sistema, elevando el importe de la fianza al valor de todos los bienes del acusado y adoptando un método de vigilancia electrónica con un seguimiento GPS”, lo que no existe actualmente en Japón, sugirió el diario conservador Yomiuri Shimbun, el más leído del país.
El arresto de Ghosn, en noviembre de 2018, arrojó luz sobre el sistema judicial japonés, muy diferente de los occidentales y considerado extremadamente severo. Los sospechosos detenidos por los fiscales pueden ser interrogados inicialmente durante 48 horas, seguido de dos periodos de diez días por decisión de un juez.
En virtud del principio de “un delito, una detención”, el sospechoso puede ser detenido varias veces consecutivas, prolongando así su arresto y superponiéndose a la detención preventiva, activada casi automáticamente en caso de acusación.
Así sucedió con Ghosn, quien pasó 130 días encerrado entre noviembre de 2018 y abril de 2019, acusado de cuatro cargos en total.
“No todos los sospechosos detenidos son procesados, solo un poco más de la mitad lo son. La fiscalía vela para que solo se remita al tribunal a aquellos que los investigadores están convencidos de su culpabilidad”, recuerda a la AFP el exfiscal y ahora abogado Yasuyuki Takai.
“Imaginen que el 30% o 40% de las personas juzgadas por un tribunal sean absueltas. La opinión pública japonesa se preguntará porqué tantos acusados, que no han hecho nada, son llevados ante un tribunal y porqué los investigadores trabajan tan mal”, explica.
Por su parte, Maeda advierte que “es de esperar que los fiscales se opongan mucho más firmemente a futuras solicitudes de libertad bajo fianza”. Esta evolución iría en contra de las expectativas de los grupos de defensa de los derechos humanos, como Amnistía Internacional, que denuncian desde hace tiempo un sistema basado en la repetición de los interrogatorios para que el acusado termine por quebrarse.