El fuego reunió a los vecinos del barrio Las Herrerías de Cuenca, en el sur del Ecuador la noche del jueves 4 de junio del 2015. Ese día, una escultura de Vulcano que adorna la plaza central se volvió a encender luego de diez años, como símbolo de un proyecto de recuperación del espacio público.
El fuego está presente en la vida cotidiana del barrio Las Herrerías. Es la materia prima del trabajo de los artesanos del sector, que se dedicaron a la forja desde que ese lugar era la entrada sureste de la ciudad, el siglo pasado.
La escultura de Vulcano, en hierro forjado sobre un volcán con detalles en cerámica, es un homenaje a esos herreros, a los que iniciaron la tradición y a los que hoy continúan su legado. Aunque cada vez son menos. Es un monumento que fue levantado entre 1994 y 1997, cuando también se construyó la plaza de Las Herrerías.
Desde ahí, por varios años, la plaza fue un lugar de fiesta para los vecinos del barrio, que terminaba en la erupción del volcán, provocada por un sistema de combustible, recuerda el arquitecto Fausto Cardoso, quien diseñó la plaza y fue parte del equipo que elaboró el monumento.
Esa fiesta se recreó la noche del jueves, y fue parte de una minga en la que participaron vecinos, artesanos y estudiantes de Arquitectura de la Universidad de Cuenca. El monumento estaba manchado de grafitis y la plaza lucía descuidada. “La idea era motivar al barrio para trabajar en la recuperación del espacio público”, dice Cardoso.
La base de la escultura, que tiene forma de volcán, tiene detalles en cerámica y piedras. Allí están grabados los nombres de los herreros. Los estudiantes de Arquitectura hicieron una instalación que permite su erupción, que envuelve en llamas a la estructura de Vulcano, elaborada en hierro forjado.
Desde hace algunos años hay varios proyectos para aplicarlos en el barrio, pero ninguno se ha concretado, dice Cardoso. Ahora, hay una iniciativa en la que participan varias instituciones vinculadas con la cultura y está enfocada en revalorizar el trabajo de los herreros.
No solo se trata de recuperar el espacio público, como un lugar seguro y se convivencia. El objetivo es que los artesanos del sector tengan un proceso de capacitación e innovación permanente, con talleres y dotación de nuevas herramientas.