La Refinería del Pacífico ahora busca inversionistas que quieran financiar la construcción de esta obra. Foto: Archivo EL COMERCIO
Para este año, el Fisco tiene planificado gastar USD 24 523 millones, según las cifras preliminares que presentó el ministro de Finanzas, Carlos de la Torre, la semana pasada.
Esto quiere decir que se prevé gastar USD 420 millones más comparado con la ejecución presupuestaria del 2016.
Los gastos del Gobierno están compuestos por dos tipos de egresos: los corrientes, que se refieren a sueldos, subsidios, intereses de deuda y gastos para el mantenimiento de las instalaciones estatales; y los gastos de capital, que están relacionados con obra pública y otros egresos de inversión.
En este año los primeros se incrementarán en USD 1 427 millones y, en cambio, los segundos se reducirán en un total de USD 1 007 millones, si se compara con la ejecución presupuestaria del año pasado y publicada por el Banco Central del Ecuador (BCE).
El titular de Finanzas prefirió no dar detalles sobre los factores que explican el aumento de los gastos corrientes y mencionó que los pormenores se conocerán cuando se presente la Pro forma Presupuestaria 2017 a la Asamblea Nacional, a inicios de julio.
El funcionario anticipó que la cifra es preliminar y que corresponde a un escenario que considera “las mismas medidas de política fiscal vigente”.
Uno de los rubros corrientes que crecerá durante este año será el servicio de la deuda. El año pasado, el Fisco destinó un total de USD 1 938 millones solo al pago de intereses, según datos del BCE. Para el presente año, la cifra será mayor, sostuvo el exministro de Finanzas del anterior Régimen, Fausto Herrera, aunque prefirió no dar estimaciones.
El Gobierno tuvo que contratar más deuda para poder contrarrestar la recesión económica, manifestó Herrera.
Otro rubro que incrementará el gasto corriente, según Herrera, será la entrada en operación de hospitales, lo cual significa mayores egresos en sueldos y en mantenimiento de las casas de salud.
Con la recuperación de los precios del petróleo, los combustibles también se encarecen y el Fisco demandará más recursos para cubrir subsidios.
Entre enero y abril de este año el Gobierno destinó ya un total de USD 336,1 millones en subsidios a combustibles, un monto que casi triplica el registrado durante el mismo período del 2016, cuando se gastaron USD 107,2 millones.
Bajo este escenario, la anunciada austeridad fiscal vendrá principalmente por un recorte a los gastos de capital. La cifra prevista para inversión y obra pública en este año es la más baja de los últimos cinco años.
El Gobierno dejará de construir infraestructura “que es tremendamente costosa”, en palabras de De la Torre.
Pese a que el nuevo Gobierno busca gastar menos en construcción, aún existen proyectos pendientes.
El actual Gobierno heredó 110 obras de la anterior administración estatal que están en “programación”, de acuerdo al documento Inversión para el Desarrollo que entregó el Comité de Transición al presidente Lenín Moreno.
Entre ellas están proyectos como la Refinería del Pacífico, la carretera Quinindé-Las Golondrinas, el aeropuerto de Manta y tres hospitales como el de Durán (Guayas).
A esto se suman cinco hidroeléctricas que están pendientes: Minas-San Francisco, Delsitanisagua, Toachi-Pilatón, Quijos y Mazar-Dudas.
Para el exministro Herrera, las grandes obras están en su fase final por lo que los desembolsos para el 2017 serán más bajos que en años anteriores.
Los recortes buscan bajar el déficit fiscal (falta de ingresos para cubrir gastos) a un total de USD 4 598 millones.
El año pasado este hueco fiscal fue de un total de USD 7 313 millones, siete veces más que el 2012. En el prospecto de emisión de bonos del mes pasado, el Gobierno explicó que la causa de ese incremento es el mayor gasto en salarios e intereses, la caída del precio del crudo y el terremoto.
Para el economista Walter Spurrier, mantener el gasto corriente y reducir la inversión significa un deterioro de la calidad del gasto y eso no contribuye al crecimiento.
Además, cree que para reducir el déficit habrá “que buscar nuevos ingresos fiscales que sustituyan la baja del IVA y el fin a las salvaguardias”, por lo que considera que se vienen nuevos impuestos.
La corrección del déficit fiscal, aseguró José Hidalgo, director del Centro de Estudios para el Desarrollo (Cordes), debe ser gradual para no ocasionar un ‘shock’ y será una señal positiva para los sectores productivos.