Las madres del albergue Nuevo Terminal, en Pedernales, fueron homenajeadas en su día. Concursos, bailes y otras actividades se desarrollaron en el lugar. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
Después de una mañana agitada y bastante calurosa, las mamitas que viven en el albergue Nuevo Terminal, en Pedernales, fueron homenajeadas en su día: el de las Madres.
A las 21:00 de ayer, 8 de mayo, todas las mamás dejaron de lado sus actividades cotidianas y se sentaron sobre bancas de madera para presenciar el programa que se armó en su honor. Hubo música, regalos y baile. También se realizó la elección de la abuelita más cariñosa y de la madre símbolo.
Las ocurrencias de los organizadores (MIES, Aldeas SOS, Ministerio del Interior) arrancaron sonrisas a las mujeres que aún tratan de sobreponerse del susto y pérdidas que les dejó el terremoto del pasado 16 de abril. Las hizo sentir también importantes y bendecidas, pues en cada intervención, el animador del programa les decía que “Dios las tiene aquí por algún propósito”.
Las madres llegaron con sus hijos, esposos y más familiares a un pequeño canchón destinado para cumplir con esas actividades. La jornada se inició con la elección de las mujeres modelos y siguió con la presentación de un grupo de baile integrado por niñas y adolescentes de dicho refugio.
Improvisaron sus trajes con fundas de basura de color verde y bailaron la Caderona. Los movimientos de las niñas robaron varias sonrisas del público, que atento disfrutó de los 10 minutos que duró el show.
Las bailarinas también lucieron felices y ese, precisamente, era el objetivo de los organizadores: distraer a todas aquellas personas que sufrieron el impacto del movimiento telúrico que dejó 184 muertos en Pedernales. En ese grupo vulnerable están madres, niños, hombres adultos y personas de la tercera edad.
Después de la comparsa llegó la hora del baile de la silla y el del globo. En este último las madres participaron con sus hijos. Se trataba de bailar con el globo colocado en medio de los cuerpos y de reventarlo cuando la música parara. Madres y niños rieron con esa actividad que se extendió hasta pasadas las 23:00. Más tarde llegó la hora de la cena: pollo con ensalada, arroz y un vaso de jugo, y finalmente la entrega de un presente donado por distintas instituciones.
Las madres agradecieron el gesto de los organizadores y después de casi tres semanas de incertidumbre se fueron a la cama con una sonrisa.
En el evento se realizó la elección de la abuelita más cariñosa. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO