Jorge Velasco Mackenzie. Escritor guayaquileño
Redacción Guayaquil
Se calcula que entre 60 000 y 70 000 escolares visitarán este año la Feria Internacional de Libro Guayaquil 2009, ¿se puede considerar que es un espacio para acercar a los pequeños a los libros y a la lectura?
En todas partes del mundo es así. He estado en algunas ferias que se han realizado fuera del país y han sido espacios muy efectivos. Hay una diversidad de lectores. Hay interesados en las artes, niños que buscan literatura infantil, adultos que se interesan por literatura más seria o por la ciencia.
¿De qué otra forma aportan las ferias del libro para que se consiga este propósito?
Ya es tiempo de que las editoriales y los autores nos acerquemos más a los lectores, niños y jóvenes. Debemos desacralizar la posición del escritor. Hay muchos autores que no van hasta el lector sino que esperan lo contrario. Creo que la presencia de los jóvenes y los niños en las ferias es importante porque se va desacralizando este hecho, por medio de talleres de lectura y escritura o en los lanzamientos de nuevas obras. No olvidemos que una de las formas de ejercer la lectura es escribiendo.
¿Por qué está aquí?
Su trayectoria. Guayaquileño, nacido en 1949. Narrador, catedrático universitario y ensayista. Tiene publicadas seis novelas, ocho libros de cuentos y dos antologías.
Su punto de vista. Lo positivo de la feria de libro de Guayaquil es la presencia de bastante literatura y también los actos culturales.
Usted ha estado en las otras tres ediciones, ¿encuentra una diferencia?
Algo que me ha gustado mucho es que ya no es una feria de enciclopedias. Han tenido cuidado en eso, porque en las anteriores ediciones las mayores ofertas eran enciclopedias o aquellos libros relacionados con la computación. Se los ve sí, pero en menor grado. Pero también hay una marcada ausencia de las grandes editoriales. Por ejemplo, no está el Fondo de Cultura Económica, el año pasado tuvo una representación muy nutrida. No están Alfaguara ni Santillana. Aparecen sus libros, pero muy poco. Eso es algo negativo.
México tuvo un protagonismo importante en la edición del año pasado
Yo no estuve muy contento con las primeras ediciones de la feria, fui muy crítico. Dije que no se trataba de una feria de país o una feria internacional sino una feria de librerías. Pero, ahora, en esta edición eso ha mejorado, pese a que no hay prestancia de países como México o Argentina.
¿De qué forma afecta esta ausencia a los escritores nacionales?
Lo que se deja de ver son las novedades en las publicaciones. Cuando se acerca a esas grandes casas editoras lo que uno encuentra es lo nuevo en publicaciones que, al mismo tiempo, le permite conocer a nuevos autores y que ellos lo conozcan.
De hecho, los acercamientos con otros escritores nacionales y extranjeros están entre los beneficios de este tipo de eventos.
Compartimos experiencias. Vemos cómo estamos, si estamos produciendo o si tenemos proyectos en marcha. A los extranjeros los conozco en esos espacios, pero ellos ni me conocen. Ese es un poco la deficiencia que ha padecido la literatura ecuatoriana y de otros países. Creo conocer bien la literatura latinoamericana, pero en cambio un escritor argentino conoce muy poco, casi nada, de la ecuatoriana. César Aira, por ejemplo, ha dicho que sabe muy poco. En este espacio, he conocido a autores como él, que es muy bueno, y a escritores de nuevas generaciones, con quienes la feria me ha permitido encontrarme.
Otra diferencia es la presencia del Ministerio de Cultura que tiene una amplia agenda con diversos actos culturales.
Es una apertura a otras áreas. Enriquece a otras áreas de la cultura, a otros espacios, a otras manifestaciones y eso es válido. Los lanzamientos de libros, los homenajes a los escritores ecuatorianos, como Jorge Enrique Adoum y Miguel Donoso Pareja, están entre las actividades más importantes y eso, sin duda, hay que destacar.
La Municipalidad está presente con agenda propia, ¿vale la competencia?
Esta noche (ayer) se presenta la última tirada de la colección de las 29 novelas contemporáneas. Anoche (el miércoles) se presentó la edición española, en Alfaguara, de ocho novelas ecuatorianas, que no la conocía. Eso es importante.
Hoy (ayer) es la presentación de su última novela ‘Tatuaje de náufragos’, ¿cuál es la diferencia entre hacerlo en una feria del libro, como la de Guayaquil, o en otro sitio?
Yo lancé ‘Tatuaje de náufragos’ en la Casa de la Cultura, llené la sala del tercer piso. Estuvieron mis lectores que he formado a lo largo de 30 años de escritura. Cuando se lo hace en una feria encuentra a otro tipo de lectores que están a la búsqueda de nuevas obras o de nuevos libros, como el mío.