Félix Preciado, académico de la U. Luis Vargas Torres-Esmeraldas. Foto: EL COMERCIO
Entrevista a Félix Preciado, académico de la Universidad Luis Vargas Torres-Esmeraldas
¿Cuál es la propuesta que surge desde la Academia para reavivar la frontera norte?
Ante la preocupación del discurso construido alrededor del tema fronterizo, la U. Técnica Luis Vargas Torres de Esmeraldas ha creado el Grupo de Frontera. Ese discurso, basado en diagnósticos repetidos, no apunta a enfrentar y resolver los problemas de fondo. Por eso, como Academia estamos empeñados en pasar del diagnóstico a la práctica, porque es mucho lo que se debe hacer empezando por reorientar el pensamiento de los norteños y de las autoridades.
¿Cómo replantear el problema de la frontera norte de Esmeraldas?
Nosotros pensamos que el tema tiene que ver con una integración de todas esas comunidades fronterizas a la vida nacional, por haber estado marginadas del conjunto de la sociedad y particularmente de sus procesos productivos. De esta manera, lo primero que se debe hacer es incorporar al desarrollo productivo a esos sectores como sujetos históricos de derechos, sin que eso signifique una dádiva del Gobierno.
En esa dirección ¿Cuál es el mecanismo para que los habitantes de la frontera sean incorporados al desarrollo nacional?
La forma de hacerlo es desarrollar lo que más saben hacer. Eso significa desplegar sus lógicas productivas, eliminando modelos de monocultivos (palma) que atan a esa poblaciones a un solo producto de exportación. Esto no hace más que cuando se generan las crisis internacionales de materias primas, deprimen y empobrecen más a esas poblaciones. Entonces, consecuentemente, se produce el éxodo de esas poblaciones a Quito o Guayaquil.
¿La propuesta está dirigida a crea nuevos modelos de producción en la franja fronteriza?
No se trata de crear modelos de producción parecidos al cultivo de la palma africana, como ocurre en el norte, sino otras formas de producción que permitan diversificar la manufactura, desarrollando el tema del cacao, cultivos tropicales. La frontera es una zona que puede convertirse en un gran sector para la producción de cítricos y abastecer el mercado nacional e internacional. Es decir, debe haber una propuesta de reestructuración en términos de la economía local, que supongan una diversificación del aparato económico y la forma cómo se produce en la frontera.
¿Quiénes deben ser los actores principales en ese desarrollo según el modelo propuesto por la Academia?
Los protagonistas deben ser sus propios habitantes. Aquí nos se trata de que, desde otras partes del país se imponga sobre qué es lo que tienen que hacer los habitantes. Hay que pensar en la capacidad que tienen los fronterizos para construir sus propias lógicas de producción u resolver sus propios problemas. Pero para eso, el Estado debe entender que debe ir a un proceso de descentralización y dejar que los pueblos asuman la responsabilidad de construirse como sujetos.