El cuerpo de Luis Fernando Yépez fue entregado a sus familiares este jueves 16 de julio del 2020. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
Cuatro meses. Ese tiempo esperó Laura Haya para recuperar el cadáver de su esposo Luis Fernando Yépez. Vestida de negro y con ramos de flores en sus manos, la mujer llegó la mañana de este jueves, 16 de julio de 2020, a las instalaciones de Criminalística de Guayaquil.
Desde las 08:00, ella y otro grupo de familiares esperaban la entrega de al menos 15 cuerpos, cuyas identidades se perdieron, durante los días más críticos por la emergencia sanitaria, en los hospitales públicos del Puerto Principal.
“Soy cristiana y Dios me ha ayudado a encontrar a mi esposo”, repetía Laura en los exteriores de Criminalística.
Nerviosa y a la vez aliviada recordaba cómo desde finales de marzo emprendió la búsqueda del cuerpo de su marido. “En estos meses he venido muchas veces a este lugar. Mi cuñada y toda la familia también han venido. Hoy por fin nos van a entregar el cuerpo de mi esposo y podremos sepultarlo para que descanse en paz”, dijo frente a sus seres queridos que la abrazaban mientras esperaban.
Para Laura y su familia, sepultar el cadáver de Luis Fernando les genera tranquilidad, pues durante estos meses cuenta que no han podido dormir, la angustia de no saber en dónde estaba su cuerpo les generaba tristeza y dolor.
En abril, él cumplía años y no pudieron recordarlo, porque no sabían con exactitud si algún día iban a recuperar sus restos.
La Defensoría del Pueblo en Guayaquil verifica la entrega de los cuerpos a los familiares. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
Laura contó que la última vez que vio al padre de sus hijos fue un 28 de marzo. Ese día lo internaron en el hospital del IESS Teodoro Maldonado. Los médicos no dejaron que ella lo acompañara, pues en esos días el contagio en Guayaquil estuvo en su nivel más alto y letal.
Ella recuerda que en esas fechas, los hospitales estaban desbordados y no había camas para los enfermos. Por eso, a su esposo lo atendían sentado en una silla. Así se mantuvo durante tres días, antes de morir.
La mujer relata que la casa de salud nunca le comunicó sobre la muerte. Terceras personas le dijeron que su esposo había fallecido. “No sé si fue negligencia o por las circunstancias de la pandemia, pero a mí nunca me avisaron. Luego quise recuperar su cuerpo y ya nadie me dio razón”, dice.
Pero Laura no ha sido la única persona que ha esperado por meses recuperar el cuerpo de un familiar. Desde el pasado lunes, al menos 30 familias han llegado a Criminalística para retirar los cuerpos de sus seres queridos, tras ser identificados por forenses y antropólogos. Hoy se esperaba la entrega de 15 cuerpos más.
La vicedefensora del Pueblo, Zaida Rovira, dice que la entrega de los cadáveres se da luego de un proceso de identificación que fue ordenado por un juez. Ella lideró una acción legal para que las autoridades del Gobierno entregaran los cuerpos a las familias. A través de esa acción, se conoció que más de 216 cuerpos permanecían sin identidades en las morgues de los hospitales.
De ese grupo, hasta el momento han sido identificados 100. El resto aún está bajo análisis de los peritos y antropólogos para determinar su identidad.
La defensora Rovira también asistió hoy a Criminalística. Allí dijo que están vigilando que los cuerpos que se entreguen a las familias estén plenamente seguros que son sus parientes.
Un equipo de psicólogos también permanecía con los familiares para asistirles en este proceso. Además, se conoció que las autoridades han permitido que las familias puedan elegir si es el Estado o la misma familia la que se encargue del sepelio.
En el caso de Laura, su familia eligió encargarse de la inhumación. Ellos dijeron que los restos de Luis Fernando serán colocados en una bóveda del camposanto Jardines de Esperanza.