El caudal del río Esmeraldas creció hace una semana. Foto: Marcel Bonilla/EL COMERCIO
La mitad de las viviendas asentadas cerca de la cuenca baja de los ríos Teaone y Esmeraldas se construyó a dos metros de altura del suelo.
Se llaman “casas zanconas”, porque están hechas para que las familias no sean afectadas por las inundaciones, tras el desbordamiento de los ríos durante los invierno.
En la zona hay 20 poblaciones, algunas de las cuales están inundadas desde la semana pasada, cuando retornaron las lluvias con más fuerza.
En la ribera del Teaone se ubican las comunidades de Chichivine, Carlos Concha, Tabiazo, Pueblo Nuevo, Vuelta Larga, 50 Casas, Propicia 4 y La Concordia, Propicia 1, entre otras. Carlos Carranza vive en la población de Vuelta Larga, asentada cerca de la cuenca del Teaone. El mes pasado, el agua ingresó 10 metros desde el borde del río e inundó alrededor de 10 viviendas.
Frente a este problema constante, las familias son capacitadas para afrontar la emergencia. Además, se han instalado alertas tempranas que funcionan con una sirena y se creó un comité de gestión, integrado por los líderes de la comunidad. Se activa cuando se producen inundaciones y amerita una evacuación.
Carranza dice que aún pocas personas conocen del sistema. Según el mapa de riesgo del Municipio de Esmeraldas, Vuelta Larga y el resto de comunidades ocupan el 17,1% de zonas inundables (20 000 familias). El resto de habitantes del cantón (80,8%) vive en zonas con amenaza sísmica alta.
La comunidad de Tábule es una de las más afectadas cuando crece el río Esmeraldas. Sus habitantes se dedican a la siembra de ciclo corto (choclo, pepinos, tomate, habas, fréjol de palo) y a la ganadería.
La familia de Ángela Bautista ha aprendido a sobrevivir con el problema cada invierno. En su comunidad, las casas de estructuras de caña y madera son altas. Debajo del domicilio, está lista una canoa para evacuar en caso de que el agua ingrese con fuerza, como ocurrió hace cinco años. Ahí les tocó salir, porque el caudal del río subió más de un metro.
Frente a Tábule están las islas Pianguapí, Roberto Luis Cervantes y Luis Vargas Torres, todas inundadas en el pasado 20 de marzo del 2015.
La isla Roberto Luis Cervantes está menos de un metro del nivel del río, por lo que con un aguaje o desbordamiento se inunda con facilidad.
Son pocas las casas construidas por el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda a una altura de 2,50 metros.
El mayor problema de los habitantes del sector es que los dos puentes que unen con el continente están destruidos. El piso de madera y las mallas metálicas de los costados están rotos. “En caso de una evacuación no podemos hacerlo, porque pereceríamos intentando cruzar el puente que data de 1998”, indica Mercedes Anchico, integrante del Comité 20 de Noviembre de la isla.
Los sectores que son perjudicados con la subida del agua son La Puntilla y 5 de Agosto, en la isla Roberto Luis Cervantes; La Habana y 29 de Agosto, en la isla Luis Vargas Torres.
Técnicos del Municipio recomiendan la construcción de muros o el relleno de la isla con material dragado del río, pero eso aún es analizado por las autoridades seccionales.
Los daños en Los Ríos
En Los Ríos, los estragos a causa de las lluvias y el crecimiento de los afluentes continúan afectando no solo a la población sino a la infraestructura en general.
Juan Ortiz, decano de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Técnica de Babahoyo, estimó en unos USD 3 millones las pérdidas ocasionadas por el desbordamiento del río Babahoyo sobre las instalaciones de dicho centro de estudios superiores.
El agua cubrió cultivos agrícolas en 200 hectáreas, en su mayoría de arroz. Enrique Rosas, trabajador de la Universidad, dijo dentro del campus universitario tienen un centenar de aves de corral -que en su mayoría se ahogó- ganado bovino y porcino.
Incluso, según el decano de la Facultad, el proyecto de crianza de peces que impulsaba la Universidad en este sector de la vía Babahoyo-Montalvo fue destruido. Y consideró una ventaja el que ya terminó el período de clases.
Dentro de las instalaciones todo está cubierto de agua, incluso el camino de unos dos kilómetros, que conecta la carretera principal con las áreas administrativa y educativa.
El Ministerio de Inclusión Económica y Social en Los Ríos reportó que 58 familias son atendidas en diferentes albergues de la provincia. Además, 179 familias están en hogares acogientes de sus zonas.