César Coronel y Fabiola Olivo hablan sobre la muerte de su hijo, que ocurrió el 8 de julio del 2012 en Sucumbíos. Foto: Archivo / EL COMERCIO
Los padres de César Coronel Olivo, subteniente de la Policía, piden a la Fiscalía que se reabra el caso de su hijo. Él falleció el 8 de julio del 2012 en la Comandancia de Sucumbíos. Ese día, el cadáver del joven fue hallado en su habitación con un disparo en la cabeza y dos almohadas encima de esta. Su pistola Glock de dotación estaba en su mano derecha, pero él era zurdo.
Por este caso, el Gobierno creó una Comisión especial para las indagaciones. También se contrató a los mismos peritos forenses de la empresa Consultoría Pericial, dirigida por el argentino Roberto Meza Niella, quien investigó la muerte de Jorge Gabela, excomandante de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE).
La entrega del informe de la Comisión y de los peritos internacionales a la familia de la víctima se postergó más de un año y se concretó el 23 de febrero del 2015. Este Diario accedió a ese documento de 53 páginas. En este, los investigadores
concluyeron que la muerte del subteniente “no es compatible con un disparo tipo suicida, pero tampoco afirma con certeza que no lo sea”.
Por eso recomienda que se “realice un segundo análisis forense con expertos de la Fiscalía para establecer con precisión las causas y la naturaleza de la muerte” de este oficial.
Perola firma Consultora Pericial hizo observaciones y las publicó en su cuenta de Facebook. Dice que la hipótesis de la Fiscalía está basada, entre otros aspectos, en las huellas digitales que el Subteniente Coronel habría dejado en el arma de fuego.
El padre del joven policía fallecido, que lleva su mismo nombre, dijo que el reporte de la Comisión no es claro.
Por eso solicitó que se reabriera el caso. “Si no nos escuchan tendremos que acudir a instancias internacionales”.
No está de acuerdo con la conclusión, la cual indica que “no se encontraron elementos probatorios científicos que sustenten una hipótesis diferente (suicidio) a la sostenida por
la Fiscalía General del Estado en relación a la forma de muerte del Subteniente Coronel”.
Este Diario estuvo en la casa de la familia Coronel. Los padres del fallecido se reunieron con su abogado, Hugo Espín, y recordaron que recibieron el informe porque interpusieron un recurso de hábeas data (acceso a la información).
La figura del Divino Niño está dentro de un canasto colocado sobre la cama del Subteniente, en su casa de Sangolquí (valle de Los Chillos). Encima del velador se encuentra una foto en la cual el oficial, de 27 años, viste el traje formal blanco de la Policía. La habitación está intacta y aún conserva sus peluches, los banderines de la institución uniformada, la televisión, sus diplomas de los cursos de italiano, francés e inglés… Estos son los recuerdos que atesoran sus padres Fabiola y César, luego de su muerte.
Tras ese hecho, la familia comenzó los plantones en la Plaza Grande y los trámites en el Ministerio del Interior para pedir que se hicieran nuevas investigaciones. Los padres aseguran que “la escena del crimen es atípica”.
CIFRA
53 páginas tiene el informe de la Comisión investigadora.