El 7 de octubre, la Policía localizó el cuerpo de Wilmer Goyes en la vía Perimetral. Foto: Mario Faustos/ EL COMERCIO
Las ofertas circulan en redes sociales. A través de la Internet, los sospechosos promocionan locales donde se dan servicios de spa y tratamientos para relajar el cuerpo. Sin embargo, en su interior ocurren actividades ilícitas.
En Guayaquil, entre enero y septiembre de este año, la Intendencia de Policía ya ha clausurado 15 sitios de este tipo en el norte y centro de la ciudad. En el 2015 se cerraron otros 22 establecimientos.
Ahora se prevé intervenir centros ubicados en los distritos Modelo y 9 de Octubre. En la Intendencia del Guayas hay 44 denuncias ciudadanas, en las que se reporta la ubicación de estos lugares. “Esta labor requiere de tiempo en las investigaciones, porque allí se cometen delitos que necesitan ser judicializados”, comenta Luis Fernando García, intendente de la provincia.
Uno de los últimos casos se registró el 28 de septiembre. El teniente de policía Wilmer Goyes murió en un local que ofrecía servicios de masajes, ubicado en la 29 y la O, en el Suburbio de la urbe.
El fiscal Fabrizio Neira, quien indagó la desaparición del agente, reveló que el oficial aparentemente contrató, por segunda vez, los servicios “de relajación del cuerpo” que ofrecían en ese lugar. Ahora, los dos empleados del local están detenidos como posibles autores del crimen.
Los sospechosos arrendaban el inmueble e intentaron robar a Goyes mientras lo atendían, según las investigaciones. Primero le exigieron las claves de sus tarjetas y, como se negó, lo mataron. Esa es la hipótesis que se maneja, al menos por ahora.
El asesinato del oficial conmocionó a los moradores. Los vecinos desconocían que en ese inmueble funcionaba un spa clandestino. Incluso la dueña de la vivienda negó que el lugar fuera usado para estos servicios.
La mayoría de estos lugares está camuflada. A simple vista parecen departamentos o viviendas comunes, pero en su interior, los ‘clientes’ pueden hallar sorpresas, relata Marcos, un joven que asistió a uno de estos locales “por error”.
Según su testimonio, él llegó al local de masajes por recomendación de un amigo. Recuerda que era una tarde de febrero. La casa estaba ubicada en Urdesa, en el norte de la ciudad. Tocó el timbre y lo atendió una chica de unos 20 años. Ella lo hizo pasar hasta la recepción; luego apareció otra mujer con un diminuto vestido.
La joven le advirtió que en ese lugar las chicas cobraban USD 50 por la relación sexual, que incluía un masaje y el preservativo, por el lapso de una hora. Pero si no lo deseaba, la alternativa era el masaje tántrico (ambos desnudos, pero sin sexo), que costaba USD 25.
Marcos comenta que luego de ese episodio prefirió abandonar el local. Días después, el sitio fue clausurado.
La Policía dice que ejecuta controles permanentes para cerrar estos sitios; pero los investigadores admiten que es difícil detectarlos, porque se camuflan bajo la fachada de una casa común.
El 3 de julio, por ejemplo, los agentes allanaron un inmueble en el sector de La Alborada, donde funcionaba una casa de citas clandestina, con el nombre de Fantasía Spa.
En el local, los uniformados decomisaron 58 botellas de licor y encontraron 30 cajas de preservativos. Ese mismo día hubo otra intervención en una vivienda de la ciudadela La Garzota, donde se promocionaban, a través de redes sociales, servicios de masajes sensuales. Allí encontraron a cinco chicas, tres de ellas extranjeras.
Según William Aguilar, fiscal de la Unidad de Flagrancia de Guayaquil, detrás de estos casos hay delitos sexuales y trata de personas.
Trabajar en un spa no está prohibido por la ley y el trabajo sexual tampoco, siempre y cuando no se lo realice en la clandestinidad, advierten desde la Intendencia.
Los dueños de los establecimientos que trabajan legalmente se sienten afectados. Carla Torres, propietaria de Venus Spa, ubicado en Los Ceibos, sostiene que estos locales clandestinos han posicionado una mala imagen para los centros de masajes que operan de forma regular. “Nosotros ofrecemos desde manicura hasta terapias de hidrolipoclasia, presoterapia, vacumterapia para bajar de peso”, apunta.
Incluso señala que para que estos espacios puedan funcionar en regla, deben tener permisos de funcionamiento y estar en sitos públicos y visibles. “Cualquiera que no cumpla con esa regla está en la clandestinidad. Y ahí necesitamos de la ciudadanía, para que lo denuncie”.
Otros hechos
06/12/2011
En el centro de Guayaquil fue descubierto un local que funcionaba como prostíbulo. En el supuesto spa se halló bebidas alcohólicas y preservativos.
25/11/2013
Dos mujeres extranjeras, de 23 y 24 años, fueron rescatadas por la Policía de un falso local donde ofrecían masajes, en el suburbio de la ciudad.
17/06/2014
Las denuncias de los moradores alertaron a las autoridades de un spa clandestino en el norte de la ciudad. Allí localizaron alcohol.