Moscú, AFP
El ex primer ministro ruso Egor Gaidar, padre de las dolorosas reformas que convirtieron a la Rusia post-soviética en una economía de mercado en los años 1990 durante la presidencia de Boris Yeltsin, falleció en la noche de ayer a los 53 años.
Gaidar murió a raíz de complicaciones vinculadas con la formación de un coágulo de sangre “cuando trabajaba en la escritura de un libro” en su residencia de Odintsovo en el suburbio oeste de Moscú, declaró su portavoz Valeri Natarov.
Brillante economista, Egor Gaidar, que era nieto del célebre escritor soviético de cuentos infantiles Arkadi Gaidar, fue impulsado a los primeros planos tras la caída de la Unión Soviética en 1991.
Gaidar inició entonces, bajo la presidencia de Boris Yeltsin, una serie de reformas destinadas a modernizar de manera acelerada la economía rusa tras 70 años de dirigismo estatal, liberalizando el comercio y privatizando muchas empresas en controvertidas condiciones.
Los precios, controlados hasta ese momento por el Estado, se dispararon, alimentando una inflación galopante y pauperización que traumatizó a buena parte de la población.
Perseguido por su reputación de reformador de choque, desapareció del escenario político con la llegada al poder de Vladimir Putin en 2000.
Desde entonces, se dedicaba a su instituto sobre las reformas económicas y daba conferencias en todo el mundo.
En diciembre de 2006 fue víctima de un mal misterioso durante un viaje a Irlanda, luego del deceso en Londres del ex agente ruso Alexandre Litvinenko, asesinado con ayuda de una sustancia radiactiva.
Gaidar dijo entonces haber sido envenenado también, aunque descartó toda “complicidad de la dirección rusa”.
Su prematura muerte reabre el debate sobre su papel, “salvador” del país para algunos y demasiado apurado por reformar para otros, en la historia de la Rusia post-soviética.