Se ha comprobado que en los dos primeros años de vida se desarrolla el 75% de las redes neuronales, donde está organizado el conocimiento y el pensamiento.
¿CLASES ANTES DE LOS 5 AÑOS?
El currículo nacional de educación inicial, vigente desde 2002, dice que la educación inicial debe basarse en experiencias de aprendizaje, “mas no en clases escolarizadas”, explica la pedagoga Mónica Burbano de Lara. Ella advierte que la educación inicial no es una escolarización precoz, que muchos centros infantiles ofrecen como una gran promesa educativa. Si le dicen que un menor de 5 años aprenderá matemáticas o empezará la lecto- escritura, ponga atención. Burbano de Lara cree que eso puede ser contraproducente para el desarrollo cerebral de los niños, porque ellos se agotan con la saturación de conocimientos.Los recién nacidos tienen millones de células cerebrales o neuronas entre las cuales se establecen conexiones llamadas sinapsis que se multiplican rápidamente al entrar en contacto entre sí cuando son estimuladas. Este proceso es la base del desarrollo de las inteligencias y es posible gracias a experiencias de aprendizaje adecuadas, como lo expone en la Internet el Departamento de Educación Especial, de la Dirección Provincial de Educación del Guayas.
Eso significa que “el cerebro es como un archivo en el que se instalan carpetas. En los dos primeros años de vida del niño se abren esas diferentes carpetas; por ejemplo, la de animales o la de colores”, explica Mónica Burbano de Lara, pedagoga, especialista en currículo y catedrática de Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE).
La clave está en poner al niño en contacto con la mayor cantidad posible de elementos del entorno. Aunque parezca que él no lo entiende, la diversidad de paisajes, de objetos, de estilos de música, etc., propician el desarrollo neuronal.
“¿Qué cerebro está más estimulado; el del niño que en la carpeta de animales solo ha visto un perro y un gato; y que, además, no sabe que se llaman así porque solo le dicen el ‘guau, guau’ y el ‘miau’; o el de un niño que ha ido al zoológico y ha visto jaguares, dantas y cebras?”, cuestiona Burbano de Lara.
En las ciudades, los pequeños entran cada vez más pronto en el sistema educativo. Pero en los sectores rurales la realidad es otra. Eso no debe ser un impedimento para que niños y niñas de 0 a 5 años que pasan en su casa sean estimulados.
La estimulación no debe hacerse fuera de las actividades diarias, porque así de las 24 horas del día solo se tiene una de estimulación.“No hay que sacarles de la vida real para estimularles, sino volver estimulante a la vida real”, propone Burbano de Lara en sus talleres de capacitación y en sus clases universitarias. Ella ha trabajado en formación de técnicos de programas alternativos de educación inicial enfocados en sectores rurales, donde los padres no pueden o no quieren enviar a sus hijos a una guardería.
Los técnicos asesoran a los padres y otros familiares para no perder una gran oportunidad, dejando que los dos primeros años el niño pase amarrado en la espalda de su mamá o durmiendo.
Cada momento cotidiano en el hogar puede usarse para estimular. Debe hablar todo el día con el niño, contándole lo que está haciendo. “Voy a lavar y estoy poniendo jabón; estoy dando de comer al perro”, ejemplifica Burbano de Lara y explica que eso genera la adquisición de vocabulario. Puede contar el número de animales que tiene y decirle de qué color son.
Puede poner la mesa con el pequeño y si son cuatro personas contar en voz alta cuatro platos, cuatro tasas, etc., sin sentarle a dibujar el número 4, que es un gráfico muy abstracto para él. Al número como trazo el niño lo verá después de los 6 años cuando vaya a la escuela.
Use su creatividad en cada área del conocimiento: en la música hágale escuchar muchos estilos musicales; en el lenguaje, léale. “Aun si no tiene dinero para comprar libros, lea las etiquetas de los productos que consume en casa”, sugiere la pedagoga. Aunque el niño no tiene una comprensión total, en eso consiste la estimulación, en ponerle en contacto con el entorno.
En el sistema educativo, este aprendizaje de los niños de 0 a 5 años se denomina educación inicial. “Es la que se da en el hogar y en instituciones que no son la escuela”, dice Betty González, coordinadora de la maestría en Educación Infantil, de la Universidad Nacional de Loja.
Ella explica que esta se ha impartido en las guarderías, pero desde hace dos años pasó al Ministerio de Educación, desde donde ahora hay un esfuerzo para que pase a formar del sistema nacional de educación. En este contexto, González asegura que hay centros infantiles preparados para cuidar a los niños mas no para formarlos.
“Es decir, no van más allá de cuidarle y darle de comer”, dice y señala que un centro de formación que dé estimulación a los niños y niñas debe tener sala de música, de gateo, de pintura, una huerta (si es posible) y hasta un arenero para que el niño viva sensaciones nuevas cuando sus pies y manos tocan esta textura nueva.
Las dos especialistas advierten que estas salas para los niños no implican pupitres, ni libros de texto y mucho menos tareas escolares.
“Las guarderías, o centros infantiles, deben hacer un programa para definir qué se va a desarrollar en los infantes”, enfatiza González, y agrega que “ hay que aprovechar los momentos cotidianos, para que después el niño pueda entrar a un procesos más complejo, como leer, escribir y estudiar”. (ARP)