Redacción Guayaquil
Tras el agradecimiento por la oportunidad que tuvo, el cantante Jonathan Luna se despidió del auditorio. El colombiano, radicado en Ecuador, mostró su talento y tuvo una buena respuesta del público: aplausos y también el acompañamiento a sus canciones.
Con mucha sencillez y cansancio, tras una presentación de 30 minutos, pidió a los asistentes al Centro de Convenciones Simón Bolívar de Guayaquil que disfrutaran del concierto que seguía. El local estaba casi lleno.
La última producción
‘Sin mirar atrás’ es el nombre del cuarto álbum, en estudio, que realiza el cantante español. Esclavo de sus besos es el primer sencillo. David Bisbal es coautor de seis de las 12 canciones del disco. Las grabaciones se realizaron en Madrid, Miami, Los Ángeles, México D.F., Bratislava, Londres, Estocolmo y Sao Paulo. Bisbal participó en la décima edición de los Latin Grammy, en Las Vegas, Estados Unidos. Sus últimos conciertos más grandes fueron en la Plaza de la Cibeles, en Madrid, y en el Madison Square Garden, en Nueva York.
El cantante pondrá la voz para la versión latina de la canción Waving flag (Ondear la bandera), del Mundial Sudáfrica 2010.
Tras su ingreso a los camerinos, un integrante de Top Shows, organizador del concierto del español David Bisbal, en Guayaquil, solicitó a los asistentes que ocuparan sus lugares para comenzar. Rápidamente, más mujeres ocuparon sus mesas, en la parte delantera y media del escenario, y las sillas, en la parte posterior.
El orden no duró más de cinco minutos. Con la salida del artista español, nacido en Almería, buena parte de los asistentes dejó de lado la comodidad de las mesas. Bisbal se dio a conocer en el concurso de Televisión Española, ‘Operación Triunfo’, en 2001,
Con su primera canción, Sin mirar atrás, Bisbal relativamente se metió al público en el bolsillo. En esta parte usó un vestuario causal: ‘blue jean’, una camisa sin cuello y una chaqueta azul marino. Luego escogió un terno plomo con camisa blanca y cerró el concierto con un camisa negra y el pantalón del mismo terno.
Dora López estuvo desde las 20:00 en el Centro de Convenciones. 15 minutos después ya estaba ubicada en una de las mesas, cerca del escenario. Estaba con sus amigas Cristina y Maritza. Desde el principio, corearon las canciones, saltaron y bailaron durante hora y media.
Dora usó su celular para dedicar una canción a su enamorado, Juan Carlos. Dos semanas antes, habían terminado. Y hacer que su ex pareja escuchara una canción en vivo de Bisbal era “la mejor forma de pedirle perdón y decirle que todavía lo amo”. Ese detalle fue suficiente para que la relación se reinicie.
En todas sus canciones (20), el artista hizo alarde de su potente voz, de sus cualidades para el baile y, sobre todo, de su forma de conectarse con el público. Gestos como levantar la pierna derecha, elevar los pulgares o tocarse sus cabellos rizados generaban verdaderos griteríos de las fans.
En sus diálogos con sus seguidores, agradeció por asistir a su concierto. Por más de una ocasión, dijo que el recibimiento que tuvo el martes pasado, en el aeropuerto José Joaquín de Olmedo, será inolvidable. “No lo esperaba, de verdad, gracias guapas por haber estado allí y por acompañarme en esta noche.
Hubo fans de todas las edades, pero la mayoría tenía entre 18 y 30 años. María Pico (29 años) convenció a su esposo, Germán Briones, que la acompañe al concierto. Lo hizo de buen ánimo.
Ella sigue a Bisbal desde que se comenzó a emitir, por la televisión ecuatoriana, el programa concurso ‘Operación Triunfo’, que se realizó en 2001. Rosa, Bisbal y David Bustamante ganaron.
María cuenta que lo ve más maduro, más profesional. “Ya no es aquel cantante de 22 años, que buscaba calificar ante los jueces para seguir en el concurso”.
El repertorio incluyó temas considerados clásicos en sus nueve años de carrera. Ave María, Dígale, Bulería y Quién me iba a decir. También incluyó composiciones de su último disco titulado ‘Sin mirar atrás’, Mi princesa y Esclavo de tus besos ocasionaron un griterío total. Corazón latino fue el tema que quedó pendiente.