Sobre el erotismo y el sexo muchas cosas se han dicho. Unas profundas, otras graciosas. A veces, una sola frase puede originar las más grandes reflexiones. Isabel Allende dice que “la relación sexual da esa intimidad que solamente tiene la madre con el recién nacido”. Por su parte, Nietzsche pensaba que “el sexo es una trampa de la naturaleza para no extinguirse”.
Ezequiel López Padilla es un hombre que se atreve a abordar esta temática.
¿Cómo aumentar el placer en las relaciones?
El placer es algo de lo que debemos estar pendientes. A medida que transcurre el tiempo, las parejas descuidan el aspecto erótico. Por costumbre, o incluso por cuestiones bioquímicas, lo erótico se va relegando y cada vez se da más importancia a otras cosas: al desarrollo individual, familiar o laboral. Una primera condición fundamental para el placer es la intimidad. Lo segundo es una comunicación efectiva, franca, directa y espontánea. Deben entender que hablar de sexo debe ser algo tan común como hablar de lo que van a hacer el fin de semana.
Después entra en juego el concepto de creatividad erótica, es decir introducir diferentes cosas a nivel de los cinco sentidos.
¿Cómo lograr esto?
Es importante que la pareja ponga acento en los juegos eróticos previos, que suelen pasar demasiado rápido como el beso, por ejemplo. La pareja debería solo besarse en los labios e investigar diferentes formas de hacerlo: labio superior, labio inferior, jugar con las lenguas, el paladar, las encías. Incluso puede leer el ‘Kamasutra’ que tiene un capítulo dedicado a los besos. Se puede pasar de besos suaves a intensos.
¿Todo un día solo para besarse?
Sí, y pueden tomar otro día para el tacto. Pueden practicar con caricias en diferentes partes del cuerpo, usando aceites aromáticos, plumas, sedas. Hay que jugar con el tacto. También es conveniente que la pareja se ponga a pensar en el tipo de música que le erotiza, que investigue los aromas que le atraen y que busquen cosas que puedan incentivar la pasión.
¿Todo está permitido?
Sí, en la medida en la que se trate de dos personas adultas que están de acuerdo en lo que hacen y que no se presionen para hacer nada en particular. Hay algunos temas en los que el hombre presiona. Quiere determinados juegos para experimentar mayores sensaciones físicas, porque le estimula todo lo trasgresor, más cuando la mujer se niega. Todo es válido, si los dos están de acuerdo, porque quieren y lo van a disfrutar.
¿El buen amante nace o se hace?
Hay determinadas características de personalidades, como el sentido del humor, la creatividad, la capacidad para expresar los afectos y la comunicación. Esto facilita, de alguna manera, la forma en la cual nos desenvolvemos como amantes. Después, hay cosas que uno aprende, por la experiencia, por lo que hace, por lo que escucha, por lo que lee, por experiencias terapéuticas. Indudablemente yo creo que un buen porcentaje de lo erótico es aprendido. Pero también es algo que tiene que ver con cuestiones de la personalidad y las capacidades que se desarrolla.
¿Se distingue a un buen amante?
Cada uno tiene dentro de su mente, un mapa de amor, que le permite distinguir, a su criterio, qué características son deseables. Es muy subjetivo, pero independientemente de eso, te puedo decir algunas cosas de lo que a mí me parece que es ser un buen amante: creativo, con capacidad de explorar, de investigar, un amante empático que tiene la capacidad de ponerse en el
lugar del otro, de poder preguntar sin
suponer.
¿Qué excita a los hombres?
Lo visual estimula su deseo. Es muy sensible visualmente a cuestiones parciales de la geografía erótica de la mujer: las nalgas, los pechos, los pies, las piernas. Al varón le excita mucho lo que es estimulación oral, caricias genitales, besos. Le excita mucho ver excitada a su pareja, darse cuenta que lo que hace le provoca placer a la mujer. Le excita mucho la mujer que juega con su cuerpo, que es desenvuelta sexualmente hablando, que sabe cómo mover su cuerpo con cadencia. El varón es más genital. La mujer quizá tiene una perspectiva más amplia.
¿Qué le excita a la mujer?
Son cosas que el hombre a veces no entiende. Le puede excitar un masaje erótico por todo el cuerpo, que le digan palabras lindas al oído, que no son sexualmente explícitas sino que son de índole afectiva.
¿Es adecuado el uso de estimulantes en las relaciones?
Hay muchas cosas que son estafas sexuales, por ejemplo las cremas que se venden como estimulantes de la erección. Son cremas para las manos, pero te las venden con una serie de instrucciones. Dicen, por ejemplo, estimule el órgano sexual por 15 minutos con la crema. Entonces, la mujer le estimula por 15 minutos en los que él piensa que eso va a servir. Además, esta relajado porque sabe que durante ese tiempo no va a pasar más nada que eso y si orgánicamente está sano, va a tener una erección casi con seguridad y va a decir ¡qué crema tan maravillosa! Pero en realidad, lo que funciona son las instrucciones porque lo único que realmente estimula son los fármacos.
¿La eyaculación precoz es mental?
Tiene que ver con un exceso de ansiedad. Son personas que se han acostumbrado a vivir el sexo como una actividad orientada a buscar el orgasmo. Ellos no conocen el disfrute del proceso y se centran en tener su orgasmo. Entonces por sus masturbaciones se acostumbran a hacerlo rápido. Después tienen un mal hábito, que de algún modo hay que corregir. Resulta muy difícil por sus propios medios. En la eyaculación precoz tienes temor a que el problema te ocurra, lo cual genera respuestas típicas de ansiedad, hay también ciertas situaciones de pareja que hace que todo sea complicado. En ciertos varones, diría yo, también hay una tendencia biológica. Hay teorías que hablan de una predisposición hereditaria. Hay que trabajar con medicaciones, con técnicas para reducir la ansiedad y para el control de la eyaculación precoz. Es un tratamiento que te lleva de 10 a 11 semanas.
¿Qué pasa con las mujeres?
El orgasmo rápido en la mujer no es una situación problemática. El inconveniente es que se demore mucho o no lo alcance y eso tiene que ver con falta de conocimiento de sí misma. Son mujeres que no se han investigado, no se han dado el permiso para conocerse a sí mismas. Y obviamente en ese momento no saben qué pedir a su pareja y qué tipo de movimientos o posturas usar. El primer punto para trabajar en estos casos es ofrecerles técnicas de autoconocimiento para que conozcan y comuniquen a su pareja como les gusta ser estimuladas.