Enfermera Pablo Arturo Suárez: 'Damos nuestro mejor esfuerzo pero afuera parece no importarles'

Ecuador superó los 60 000 casos de covid-19 y registró 7 879 fallecidos en el contexto de la pandemia, este viernes 3 de julio del 2020. Foto: Cortesía

Ecuador superó los 60 000 casos de covid-19 y registró 7 879 fallecidos en el contexto de la pandemia, este viernes 3 de julio del 2020. Foto: Cortesía

Ecuador superó los 60 000 casos de covid-19 y registró 7 879 fallecidos en el contexto de la pandemia, este viernes 3 de julio del 2020. Foto: Cortesía

“Siempre tenemos que recordar el distanciamiento porque definitivamente somos un riesgo para las personas que nos rodean”. Así describe su situación Genoveva Peñaherrera, enfermera del Hospital Pablo Arturo Suárez de Quito.

Ella ha estado en la primera línea de atención en el área de urgencias de esa entidad de salud desde el inicio de la emergencia sanitaria por el covid-19. Cumple jornadas de entre ocho y 10 horas diarias. Confiesa que le impacta ver la cantidad de gente que fallece.

“Poner toda la energía para salvaguardar a los pacientes y aun así haya casos en los que pierden la batalla es difícil”. Sin embargo, para Peñaherrera, lo más impactante es ver cómo existe gente en las calles que no se toma en serio la pandemia.

“Afuera hay gente que toma tan a la ligera el virus. Los que estamos en la primera línea estamos lejos de nuestra familia. Damos nuestro mejor esfuerzo y a la gente de afuera parece no importarle eso”, comenta la licenciada de 34 años.

Durante los tres primeros meses de la emergencia sanitaria, Peñaherrera se distanció de su hijo por seguridad. El chico tiene 11 años y se quedaba con sus abuelos, que viven cerca de la casa en donde reside Peñaherrera y su esposo que también es enfermero.

Ahora ya está con su hijo. Para eso fue necesario pasar las pruebas rápidas y PCR que les fueron practicadas al personal de emergencia del Pablo Arturo Suárez.

Para precautelar su salud, todos los días dedica al menos 15 minutos para colocarse el traje quirúrgico, los guantes, las botas y un gorro que son parte de la indumentaria de seguridad para su trabajo.

Al salir se quita el traje, toma una ducha y desinfecta su calzado para dirigirse a casa. Al llegar, con el objetivo de redoblar las medidas de seguridad, toma una nueva ducha para solo después de aquello compartir con su familia.

Peñaherrera dice que estará en donde la necesiten porque decidió seguir enfermería por su afán de servicio. También está convencida que el ser parte de la primera línea de atención durante la pandemia es una experiencia que la marcará de por vida.

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