El nuevo titular de la Cartera de Salud, Mauro Falconí, fue criado por su madre, quien le ayudó a elegir la carrera de médico. Foto: Valeria Heredia/ EL COMERCIO
En las salas de emergencias, el nuevo ministro de Salud, Mauro Antonio Falconí García desarrolló el llamado ‘ojo clínico’, que permite a los médicos de esa área realizar diagnósticos rápidos y certeros.
Esto -comenta- le ayudó a reaccionar y a decidir de forma oportuna cuando llegaban ‘avalanchas’ de pacientes con males que iban desde un dolor de estómago hasta un preinfarto.
Hoy espera usar esa técnica, para “sanear” el Ministerio de Salud Pública (MSP), que dirige desde el viernes 19 de marzo del 2021 y que ha sido cuestionado por las listas vip para la vacunación contra covid-19.
Patricio Reyes, intensivista que trabajó con él en la Clínica Santiago en Santo Domingo de los Tsáchilas, lo recuerda actuando de forma acelerada. Era una cualidad, en el 2010.
Entonces enfrentaron la pandemia de la AH1N1 y se necesitaba correr en la atención. El ministro -anota Reyes- disfrutaba de competencias de rally. No han hablado en años.
Falconí es un riobambeño, de 45 años, 20 dedicados a la medicina, en especial a las urgencias. También ganó experiencia en las áreas de traumatología y terapia intensiva.
Su amor a la medicina nació cuando era niño. Jugaba con un set de médico. Su madre, una docente que lo crió sola, junto a sus tres primos, influyó en la elección de su carrera. Le hizo ver que era la mejor opción.
Sus títulos constan en los registros de la Secretaría de Educación Superior, con fecha del 23 de septiembre del 2002 y del 14 de julio del 2015.
“En las salas de emergencias aprendemos a conocer a las personas. Al verlas sabemos de qué están enfermas, incluso reconocemos el olor de la muerte.
Siempre estamos en una batalla que a veces no ganamos”, apunta Falconí, quien desde el 2019 tiene nombramiento como especialista del dispensario El Batán, del Seguro Social (IESS).
Ese espacio se convirtió en su catapulta para llegar a cargos públicos relevantes. Cuando Mauricio Espinel, exdirector de Salud del IESS, estuvo en el cargo, lo designó coordinador general de áreas de emergencia. Fue su profesor y lo reconoce como un buen especialista.
El encargo se dio a inicios del 2020. Falconí habilitó los denominados puestos de mando unificados, que combinaban servicios del Ministerio y del IESS, en Guayaquil, ciudad que vivió la crisis sanitaria.
“Con un grupo de médicos recorrimos esa ciudad, en marzo, abril, mayo y junio, en lo más fuerte de la pandemia”, recuerda Falconí, quien es padre de cuatro hijos.
Un mes después, el exministro de Salud Juan Carlos Zevallos -hoy investigado por presunto tráfico de influencias- le pidió dirigir la Agencia de Regulación y Control Sanitaria (Arcsa). Asumió el cargo en julio y tuvo que mudarse a Guayaquil.
En la agencia, este emergenciólogo tomó decisiones relacionadas con la aprobación para el ingreso de las vacunas anticovid-19 al país. “En unos cuartos con cámaras de vigilancia y sin celulares, entraban los técnicos a revisar los datos en los computadores. Esas medidas se tomaron porque esa información costaba miles de millones de dólares”.
Así se aprobó la entrada de las fórmulas de proveedoras: Pfizer-BioNtech, AstraZeneca, el mecanismo mundial Covax Facility y Sinovac.
Falconí habla de estas experiencias y de su vida con soltura. Evidencia un inmenso cariño por su madre, de quien “orgullosamente lleva los dos apellidos”. Y cuenta con alegría anécdotas del colegio, en donde se ganaba un par de monedas y ‘el lunch’ como trabajador del bar.
Pero hay temas delicados, que el Ministro prefiere no tocar. Teme -dice- que afecten a la continuidad del plan de vacunación, el cual reorganizó en 72 horas. Pero, todo salió a la luz a las pocas horas de su ingreso a la Cartera.
Varios internautas postearon en redes sociales sobre las 38 demandas que registra la Función Judicial y que este Diario verificó. Entre ellas, por acciones de protección, pago de haberes, facturas y uno por peculado archivado en el 2018.
Varias de ellas datan de su paso por Santo Domingo de los Tsáchilas, entre 2008 y 2017. Dirigió el Hospital Gustavo Domínguez y presidió la Junta Provincial de la Cruz Roja. Las demandas más recientes se abrieron tras su ingreso al Ministerio (del 22 al 25 de este mes); se relacionan con acciones de protección y de acceso a la información pública.
“Me he ganado enemigos por mi accionar y mi carácter fuerte”, responde el Ministro. Y un colaborador de Arcsa, Alejandro Jácome, lo corrobora. Asegura que por eso se gana contradictores. Destaca su sensibilidad y preocupación por incluso detalles de salud del personal.
Falconí, quien ya no se acostumbra al frío de Riobamba y que prefiere la hora del desayuno para compartir tiempo con su prometida, una funcionaria, se contagió de covid-19. A días de asumir el cargo sintió escalofrío, malestar corporal, fiebre y tos. Se hizo la prueba PCR y el viernes dio positivo. En su departamento, aún sin decorar, en El Bosque, bebe agua de jengibre, para reponerse.