Redacción Judicial
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Aún hay eslabones que no encajan en la investigación sobre la fuga de información de la Unidad de Investigaciones Especiales de la Policía (UIES) a la Embajada de Estados Unidos en Quito.
Más procesos jurídicos
El ex jefe de Inteligencia de la Fuerza Terrestre, Mario Pazmiño, deberá presentarse mañana ante el Juzgado Primero de Garantías Penales de Pichincha.
El oficial retirado es investigado por supuesto atentado contra la seguridad del Estado, por sus declaraciones públicas sobre el video del jefe de las FARC, Jorge Briceño, sobre los supuestos aportes a la campaña de Rafael Correa. Luego las FARC negaron que entregaron su ayuda.
En la misma causa también es investigado el ex canciller, Édgar Terán. Él dio declaraciones a una estación de televisión sobre las implicaciones internacionales sobre el video de Briceño. Terán asegura que es una persecución.
Uno de ellos es la supuesta eliminación de archivos de la unidad, luego de que la representación diplomática recibiera tres discos duros con la base de datos, a inicios de febrero de este año.
El ex jefe de la UIES, Manuel Silva, es indagado por esa entrega de datos y porque esa acción supuestamente permitió la eliminación de esa información. Ayer, el fiscal Nelson de la Cadena sostuvo que los registros fueron borrados la tarde del 10 de febrero pasado.
Eso quedó certificado por el Departamento de Criminalística de la Policía, que señaló que se eliminaron archivos y que otros fueron encriptados (lenguaje de código especial) y que no pueden ser leídos normalmente.
Silva dice que es una artimaña en su contra. Él recuerda que el 5 de febrero pasado, el entonces comandante de la Policía, Jaime Hurtado, le dio la orden de entregar los bienes cedidos por la Embajada de Estados Unidos a la UIES. Esta orden se emitió luego de que Mark Sullivan, de la misión diplomática y cabeza de la CIA en el país, anunciara a Hurtado que la ayuda sería suspendida por los cambios en la unidad.
Entonces, los agentes de la UIES empezaron a recolectar los vehículos, armas y aparatos que habían sido entregados por EE.UU. Entre ellos estaban tres discos duros, que supuestamente Silva dio a los delegados de la Embajada. Otros bienes, como más de 40 vehículos, aún siguen embodegados en un inmueble de Monteserrín, en el norte de Quito.
El fiscal De la Cadena explicó que el 10 de febrero Estados Unidos devolvió los tres discos duros al entonces jefe de la UIES, el mayor Rafael Pérez. La entrega la hizo ‘Justin’, de la Embajada estadounidense, en el restaurante Shorton Grill, de la Eloy Alfaro.
El mayor Pérez confirmó a este Diario que la cita se cumplió. Él dice que conversó con ‘Justin’ por una hora y que le entregó los discos duros de la Unidad.
Según el peritaje de Criminalística, a las 15:30 de ese día fueron borrados los archivos de los discos duros. A esa hora, los aparatos estaban en poder de Pérez.
El oficial, que es experto en Informática y que ahora está la Unidad Antinarcóticos, dice que esa fue la fecha que los dispositivos arrojaron luego del análisis; pero que el sistema pudo ser cambiado. Pone como ejemplo que en una computadora personal la fecha puede ser alterada y que al ingresar una memoria USB en ese equipo, ella (la memoria) grabará las fechas cambiadas.
Pérez tuvo en su poder dos días los discos duros. Luego de eso, según consta en los archivos policiales, los equipos fueron entregados al Departamento de Criminalística. En ese sitio estuvieron dos meses guardados, hasta que se inició el peritaje especial.
Según el mayor Pérez, el análisis se concretó por un pedido que presentó su abogada ante la Fiscalía. “Hay que conocer qué pasó durante los cinco días que los discos duros permanecieron en poder de los estadounidenses y qué información contenía”.
Silva sostiene que no es un misterio la información que estaba en esos aparatos y que nada atentaba contra la seguridad del Estado.
La UIES tiene respaldos físicos de todos los casos que manejó.
Por ejemplo, los archivos desde 1984 hasta 1989 se encuentran en la Dirección General de Inteligencia; los expedientes desde
1999 hasta 2000 están en la sede de la UIES, ubicada en la Escuela Superior Militar. Y las carpetas de los últimos años, en la Fiscalía y unidades provinciales.
Esa misma versión la ratificó ayer el fiscal De la Cadena, quien repitió dónde están los archivos.