En el local Maco Fashion se vende chaquetas y abrigos desde hace tres elecciones (12 años). Foto: Pamela Castillo/ EL COMERCIO
A las 10:00 se abrieron las puertas de los centros comerciales de Quito, con poca afluencia de usuarios. La gente que salía después de haber votado, prefería acudir a los negocios cercanos a su recinto electoral.
En el sector de Los Laureles, en el nororiente de Quito, donde hay dos recintos cercanos (Colegio Marista y Nuestra Señora del Rosario), la tienda Maco Fashion empezó a atender desde las 09:00.
Este negocio familiar vende chaquetas y abrigos y, desde hace tres elecciones (12 años) abre sus puertas en la casa de su propietaria, Jeanneth Murillo, donde también se fabrican estas prendas.
“En lo que va de la mañana hemos recibido a unos 20 clientes. Como hemos hecho esto desde hace tres elecciones, la gente del sector ya nos conoce”.
Narcisa Mosquera compró un abrigo a USD 10 y recuerda que hace cuatro años conoció está tienda de ropa cuando fue a votar al Colegio Marista. “Me compré una chaqueta que es mi favorita, me ha durado”.
En el camino hacia el sector comercial de la ciudad (avenidas Amazonas y 6 de Diciembre), los ciudadanos se detuvieron a comprar helados, tortillas y hornado.
Pese a que los locales comerciales del Quicentro y del CCI todavía no abrían, las personas se sentaban a esperar en las bancas de los pasillos.
“Vamos a esperar aquí un rato para luego ir al patio de comidas”, comentó René Zambrano, un padre de familia que votó en el Central Técnico junto a su esposa y sus dos hijos y llegó al Quicentro a esperar que se abra el área de comidas.