El aroma de un caldo de salchicha tentó a Andrea Pincay antes de votar. Afuera del colegio Cayetano Tarruel, ubicado en la ciudadela Los Esteros (sur de Guayaquil), la joven saboreó este platillo mientras sus padres averiguaban el número de junta de cada uno, en un centro de información del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Las opciones de comida se exhiben en comedores improvisados al paso durante la jornada electoral de este domingo 23 de febrero. Bajo carpas o a la intemperie se venden encebollados, granizados, hornado, mote, churros…
Los negocios ambulantes rodearon los diferentes recintos del distrito 1 en Guayaquil, integrado por las parroquias Ximena y Febres Cordero -del sur-; y donde se contabilizan unos 730 000 votantes. Carmen Caicedo madrugó para preparar llapingachos con su familia. “Hay que aprovechar porque en este día podemos vender libremente. El año pasado ganamos como USD 250”, dijo mientras despechaba un plato rebosante, valorado en USD 1,50.
Los sitios estratégicos para los comerciantes fueron las vías aledañas a colegios como el Sagrados Corazones, donde agentes de la Comisión de Tránsito cerraron el perímetro al paso vehicular.
Otros aprovecharon para plastificar los certificados de votación por solo USD 0,25. Decenas de desesperados comerciantes, entre ellos varios niños, ofrecían este servicio a quienes salían del colegio José María Egas, también en el sur.
Eduardo, un pequeño de 7 años, ayudó a su padre en la difícil tarea de conseguir clientes. Con una mirada tierna, una súplica y uno que otro tirón de camisas, logró enganchar a algunos indecisos.
En los exteriores de la Universidad Agraria los 10 plastificadores también pugnaban por conquistar a los electores. “Póngale ropa al documento, no se lo lleve desnudo”, gritaba Jessica Albán en la entrada de la Universidad.
En las primeras tres horas de sufragios su esposo Tosti Muñoz había plastificado 50 documentos. Él esperaba que al término de la jornada sumar 500.
A cinco pasos de él, las hermanas Cecilia y Johanna Chévez también plastificaban. Ellas realizan este oficio desde hace cinco años. En esta ocasión habían invertido USD 50 en la adquisición de 10 paquetes, cada uno con 100 plásticos.
Este año, las hermanas esperaban obtener USD 200. Ellas estaban fuera de la Universidad desde las 04:30 y tenían previsto quedarse hasta las 16:00.
El congestionamiento vehicular fue un dolor de cabeza para quienes buscaban llegar por la vía más rápida a sus recintos de votación. En la 25 de Julio, una de las principales avenidas del sur, los autos circularon lentamente. Agentes de la Comisión de Tránsito aportaron a mejor la circulación de vehículos en ciertas calles.