La parroquia Antonio José Holguín o conocida como Yambo tiene un nuevo atractivo que busca reactivar el turismo en la zona. Es una tarabita de 850 metros de largo y 150 metros de alto. Se denomina tarabita ‘Taita Yambo’ y sus administradores aseguran que es una de las más largas del Ecuador.
La línea comienza desde el parque Lineal, localizado al borde de la vía E35, cruza la laguna de Yambo y llega hasta el paseo ecológico.
La gente camina, conoce y disfruta de la naturaleza y luego retorna. El proyecto fue financiado a través de una alianza entre el Municipio e inversores privados que buscan incentivar el turismo del cantón Salcedo, en la provincia de Cotopaxi.
Javier Ponce, técnico del proyecto, dijo que el plan turístico se inició hace dos años y comenzó a funcionar desde el lunes 17 de mayo del 2021. El funcionamiento de la tarabita cumple con todas las normas de seguridad certificadas a escala internacional. Además, cuentan con equipos, dispositivos y personal capacitado. La inversión bordea los USD 180 000.
Ponce informó que el vagón de la tarabita tiene capacidad para 10 personas, pero por la pandemia transporta 6. Esta viaja a una velocidad aproximada de 15 kilómetros por hora. Esta es la primera en su tipo en la provincia de Cotopaxi. Los horarios de funcionamiento son desde las 09:00 a 18:00, de lunes a viernes. Los sábados y domingos de 09:00 a 20:00. El precio es de USD 4 para personas adultas y USD 2, los niños.
Ponce afirmó que la segunda fase del proyecto es la edificación de seis cabañas para el alojamiento, un bar, un restaurante y ampliar el paseo ecológico para que la gente se quede para disfrutar de la naturaleza. “Buscamos reactivar la economía de los sectores de Panzaleo, Pataín y Santa Lucía.
Ellos tendrán su espacio en el parque lineal para que realicen ferias artesanales y de productos orgánicos; y habrá exposiciones de pintura y música.
Una de las turistas que visitó y cruzó la tarabita fue Silvia Quito, quien llegó de la ciudad de Ambato. La joven, de 22 años, cumplió con todas las medidas de bioseguridad, subió a la canasta y comenzó el viaje que duró cerca de 20 minutos entre ida y vuelta. “Es espectacular mirar desde lo alto la naturaleza, la laguna y recibir el golpe del viento, es un paseo estupendo”.