El terreno está saturado de agua y se hunde peligrosamente en Barabón, al suroeste de Cuenca. Allí, tras un deslizamiento registrado el martes 27 de marzo, hay destrucción parcial o total de casas, pérdidas de cultivos y otros daños.De acuerdo con la Unidad de Gestión de Riesgos (UGR) del Municipio, hay 45 sectores, en 16 parroquias, que soportan severos deslizamientos en cada invierno. Uno de estos es Barabón.
El alcalde Paúl Granda indicó que 500 casas necesitan ser reubicadas porque sufrieron daños parciales y porque están en zonas de desprendimientos como Barabón, Huizhil, Jaime Roldós, Los Trigales, Paccha, Nulti y otros. Allí hay deslizamientos desde hace más de 10 años.
Incluso, Magno Rivera, del UGR del Municipio, dice que en Cuenca hay macromovimientos imparables como el de Nulti-Paccha, que tiene cinco kilómetros.
Otro fenómeno en el cantón y que está presente en Barabón es el desprendimiento por la acumulación de aguas subterráneas en las montañas. Son más violentos porque explotan con rapidez. Toma desprevenida a la gente y ocasiona muertes.
Según Rivera, en esos casos solo es posible intervenir con la reforestación. El otro tipo de movimiento es el más común. Se produce por el tipo de suelo y mal manejo de las aguas, riego y taponamiento de quebradas.
Estos últimos casos se registran en Huizhil, El Aguacate y Los Trigales. Se intervienen con drenajes. También es posible construir cunetas de coronación y escombreras. Rivera asegura que cada año trabajan, pero hay hechos que escapan de lo planificado.
Ahora, a propósito de la declaratoria del estado de excepción para Cuenca, la UGR analiza la inversión para esas obras y el financiamiento. El funcionario dice que tiene un cronograma para obras emergentes (inmediatas) y otras en verano (evacuación de aguas).
Para el geólogo Miguel Morales es importante abrir las quebradas taponadas y ejercer un control estricto para no permitir más construcciones que provocan mayor peso sobre la tierra.
En Huizhil Alto, por ejemplo, 16 casas se levantaron en los últimos seis años cerca de la pendiente que colapsó el pasado 27 de marzo. Se hicieron sin permisos municipales ni estudios de suelo o planos. La más nueva tiene ocho meses y pertenece a Norma Encalada. Esa vivienda es de bloque y no está terminada porque no le alcanzó el dinero.
Antes la casa de Encalada tenía solo un cuarto de tabla para 11 personas. Hace dos años pagó USD 80 de multa al Municipio por construir sin permisos. Con USD 5 000 compró cemento, varillas y bloques y pagó la mano de obra. “Si hubiese seguido el trámite, solo me hubiese alcanzado para los estudios de suelos, diseñar la casa y permisos”.
Morales sugiere que en casos excepcionales se apruebe construir casas con materiales livianos y flexibles, como madera, para que en situaciones de deslizamientos la vivienda no colapse.
La vivienda de Encalada no tiene fisuras, pero está en la zona de deslizamientos. Hace 10 días, los técnicos de la Secretaría de Gestión de Riesgos la obligaron a evacuar y pernocta en un albergue.
El pasado 29 de marzo, el presidente Rafael Correa criticó a las familias por este tema y a las autoridades por la falta de controles.