El cantón Rioverde dio paso a su ruta gastronómica para captar el paladar de los turistas que acuden a las playas provenientes desde Colombia, Ibarra, Tulcán. Foto: Marcel Bonilla/ EL COMERCIO.
Una variada oferta gastronómica es la que propone el cantón Rioverde, norte de la provincia de Esmeraldas, a los amantes de los mariscos y la comida ancestral esmeraldeña.
Cada plato tiene la garantía de tener la sazón de antaño, combinando montes como la albahaca, chillangua, chirarán y oreganón, cultivados en las canoeras (pequeñas parcelas de cultivo en las azoteas de las casas de campo). Los precios van de USD 8 a 25, como el plato denominado “Las siete delicias del mar”, una bandeja de mariscos que alcanza para ocho personas.
La puesta en marcha de una ruta gastronómica, que empieza desde la parroquia Lagarto y termina en la comunidad de Paufí, del cantón Rioverde, llama la atención a los turistas que arriban a las playas de Esmeraldas, provenientes de Colombia, así como de Ibarra y Tulcán.
Oscar Luis Lozano, oriundo de Cali, por segunda vez, hace una parada en Rioverde para probar un arroz con mariscos. “No he probado una delicia como esta en toda la costa del Ecuador, puede que hayan más, pero no me he topado con algo igual”, seña el turista de la ciudad de Cali–Colombia.
En Rioverde las mujeres se han organizado para ofrecer un menú elaborado a base de mariscos, aprovechando que están cerca al mar, mientras que a través de la Dirección de Turismo del Municipio, se trabaja en la promoción de los platos y la ruta.
El recorrido empieza por La Bocana de Lagarto, en donde los comensales pueden disfrutar del plato denominado “Los siete sabores del mar”, preparado con jaiba o cangrejo a la plancha, langostino a la plancha, calamar apanado, ‘encoca’o’ de pata de burro, chicharrón de pescado, cebiche de ostión y almeja asada. Ese es uno de los platos más solicitados por los viajeros.
Avanzando por la ruta está la comunidad de Paufí. Ahí los turistas pueden degustar frente a la playa, los platos denominados “La Pasión de Paufí’ y la ‘Negra está Bien Puesta’. Esta es una combinación de mariscos con condimentos propios de la zona.
En este lugar se saborean los mariscos observando el mar desde pequeñas cabañas elaboradas con caña guadúa. También los habitantes se han organizado para realizar recorridos en lancha por el mar. Cuesta USD 15 y dura hora y media.
El siguiente punto es el recinto Bocana de Ostiones, parroquia Montalvo. El plato que se ha convertido en el emblema de la zona es el que denominan “Los Tres sin Sacar”. Nació hace tres años y está compuesto por tres tipos de mariscos utilizados en su preparación: Un encoca’o de langostino, calamar y pata de burro, patacones y un rico jugo de limón endulzado con panela.
Un poco más adelante, siguiendo ruta de Spondylus, cinco minutos antes llegar al puente de Rioverde, está el recinto Vuelta Larga. Ahí los amantes de la gastronomía consiguen degustar del famoso “Cevicangre”, elaborado a base de coco y cangrejo azul, servido en platos soperos, con un enorme cangrejo, un cebiche de camarón pomada, una porción de arroz, una de patacones y un coco tierno.
Esta delicia la prepara la Asociación de Turismo Vuelta Larga. Xiomara Gruezo, de la Dirección de Turismo de Rioverde, señala que las mujeres han sacado adelante su propuesta gastronómica con este proyecto bandera, que capta la mayor cantidad de turismo local y extranjero.
A solo 10 minutos de ahí está la población de San Vicente, donde se encuentra el famoso ‘Enganche’. Este plato contiene una combinación de chancho, pollo, camarón de río y el coco como aderezo fuerte.
Su propietaria Holanda Realpe dice que esos platos son preparados con el sabor ancestral, pues todos los productos para su condimentación son naturales y una parte cocinada al carbón para sepa mejor.
Una de las recientes creaciones gastronómicas fue el que presentó la Hostería Pura Vida, ubicada en la parroquia Palestina, en la ruta del Spondylus, denominada Las Puras Delicias del Mar y Langosta en Salsa de mariscos y salsa de ajo.
La población de Rioverde y su ruta que ha sido señalizada es paso obligado para quien viaja desde Colombia o la Sierra a las playas de Atacames, donde también les esperan ricos platos a la carta.