Los puntales de madera que sostenían la casa estaban tirados a un costado de una ladera de 20 metros de alto. Había ropa, zapatos y colchones destruidos por el lodo y el agua.
Esa es una de las partes más altas del barrio Colinas Hermosas, en el este de la ciudad de Esmeraldas. El fuerte aguacero que cayó la noche del domingo y madrugada de ayer removió la tierra y provocó la caída de la casa de Maritza Yagual.
Las paredes de caña guadúa y el zinc de una parte del techo de la vivienda fueron arrumadas por la fuerza del lodo al pie de la loma. Desde ahí se observa una parte de la capital provincial.
“Dormíamos cuando a eso de las 05:30 sentimos que los puntales de la casa empezaron a ceder”, recordó la afectada. Se sentía nerviosa, mientras contaba lo ocurrido. De inmediato salieron de la casa para precautelar sus vidas y pedir ayuda a dos vecinos, que habitan a 20 metros de donde estaban ellos, indicó. Yagual vivía en la vivienda con sus ocho hijos.
La mujer se dedica a la siembra de yuca, plátano, zapallo y papaya en una pequeña parcela que había destinado en el terreno de su casa, ahora destruida. Dos de sus hijas resultaron con golpes en la espalda tras desplomarse la vivienda. Tenía cinco años de construcción.
Descalzas, ella y tres de sus hijas buscaban entre los escombros lo que podían recuperar. El televisor y la cocina se dañaron.
“Fue imposible sacar todo, porque era complicado bajar desde ese lugar lodoso, en medio de la oscuridad de la noche y la lluvia”, señaló Aída Cruz, una de las vecinas que ayudó a Yagual.
Elementos del Cuerpo de Bomberos llegaron para ayudar a los afectados, pasadas las 06:00 de ayer. El comandante de los Bomberos, José Vivero, señaló que el sitio es de difícil acceso por estar en una ladera de 20 metros de altura.
La vivienda destruida es tipo Hogar de Cristo (madera y caña guadúa). El 80% de las casas de la zona es de esas características. Un 15% es de construcción mixta (cemento y madera) y 5% de hormigón, de acuerdo con el Cuerpo de Bomberos de Esmeraldas.
En Colinas Hermosas, en marzo del 2012, se cayeron dos casas que también estaban construidas en una ladera. En una de las casas habitaban dos personas con capacidades especiales.
Ayer, el alcalde de Esmeraldas, Ernesto Estupiñán, insistió en que está prohibido construir en las laderas de la ciudad, por ser consideradas zonas de alto riesgo.
Un informe de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR) determina que las laderas de la ciudad son de material arcilloso. Con las lluvias la tierra cede con facilidad y puede provocar serios daños.
Maritza Yagual está alojada en la casa de una vecina. Hasta la tarde de ayer se conoció que los representantes de la Secretaría de Gestión de Riesgos no habían llegado al sitio para atender la emergencia y buscar un albergue.
Sin embargo, esa entidad contribuye con la limpieza de alcantarillas para evitar el taponamiento de los canales de agua lluvias y prevenir inundaciones.
Entre los moradores de sectores ribereños hay preocupación porque las lluvias pueden causar anegaciones. Julio Micolta, del barrio Santa Martha, pidió ayuda a los representantes de SNGR.
A pesar de haber recibido capacitación y un botiquín de primeros auxilios, persiste el temor por el desbordamiento del río Esmeraldas, que afecta en mayor medida a los más de 3 000 habitantes de la Isla Luis Vargas Torres.
Los efectos del invierno En Valle Hermoso, en el sur de la ciudad, el deslizamiento de tierra afectó a cinco familias que habitan en ese sector, debido a las lluvias que caen desde el domingo, en Esmeraldas.
En el barrio 24 de Mayo, cinco casas se inundaron tras la lluvia. En ese sitio se construyen obras de regeneración urbana a cargo del Ministerio de Transporte y Obras Públicas. Las calles de Esmeraldas también están afectadas por la caída de la lluvia de las últimas horas.