Preocupación por la imagen de Francia tras violencia en Air France

Empleados de Air France protagonizaron desmanes el lunes 5 de octubre, cuando agredieron a los directivos de la aerolínea antes de informar sobre los despidos. Foto: AFP

La violenta irrupción de manifestantes en una reunión del directorio de Air France sobre un drástico plan de despidos preocupa al Estado francés, accionista de la aerolínea, y a los círculos económicos, que temen consecuencias negativas para la imagen del país.
El presidente François Hollande denunció el martes los actos de violencia "inaceptables" que pueden tener "consecuencias para la imagen" y el "atractivo"de Francia.
Hollande instó a "un diálogo responsable con una dirección que toma las decisiones que son esperadas y representantes sindicales que juegan la única carta posible, la del compromiso y la negociación".
La justicia francesa anunció el martes el inicio de una investigación sobre la agresión que sufrieron dos directivos de la firma. Las fotos de los dos directivos, huyendo del lugar con las camisas desgarradas, fueron publicadas el martes por la prensa, tanto francesa como internacional. "Toda Francia está conmocionada", "esas imágenes hacen daño a nuestro país", afirmó el martes el primer ministro Manuel Valls, considerando que se trata de acciones de delincuentes.
Mediación del Estado o solución en la empresa
La mayoría de los sindicatos de Air France reclaman al Estado, que posee 17,6 por ciento de las acciones de la firma, que medie para solucionar el conflicto, pero la respuesta del gobierno es negativa.
"La compañía no es solo un baluarte industrial, sino también un vector de la cultura y de la diplomacia francesa", estima la intersindical de Air France, sosteniendo que el "gobierno no puede desinteresarse de la manera como la empresa es administrada".
Hace "meses que las organizaciones sindicales piden que el gobierno las reciba, meses sin respuesta", lamentó Philippe Evain, del principal sindicato de pilotos de Air France (SNPL). "Ahora hay que sentarse en la mesa" de negociaciones, dijo, declarándose "estupefacto" por lo ocurrido el lunes.
Los actos de violencia se produjeron el lunes en el marco de una manifestación de asalariados de la compañía, que interrumpieron el Comité de Empresa en el que la dirección anunciaba a los representantes del personal un plan de reestructuración que acarrearía la supresión de 2 900 empleos en dos años, tras fracasar las negociaciones con los pilotos, que rehusaron el aumento de las horas de vuelo.
Este nuevo plan de reestructuración se agrega a otro que significó la supresión de 5 500 puestos de trabajo entre 2012 y fines de 2014.