Gustavo Baroja, prefecto de Pichincha. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO
Gustavo Baroja habla de los graves derrumbes en la vía Alóag-Santo Domingo que marcaron el primer año de su segundo mandato como Prefecto de Pichincha. Hace un balance de su gestión.
¿No siente que el destino de la vía Alóag es también el de la gestión del Prefecto?
Parecería que sí. Hay que analizar varios aspectos. El primero es el constructivo, ya que terminó de ser construida en 1963, cuando las carreteras se abrían con dinamita y no eran explosiones técnicas. Eso provocó algunas fracturas y taludes.
El segundo es la composición geomorfológica: es una vía arcillosa y rocosa, y tiene vertientes de agua. Además, está la mala utilización del suelo, sin autorización para la siembra, que ha significado la tala de bosques y saturación de los taludes con agua.
El tercero es la estación lluviosa. Por ejemplo, en marzo llovió todo lo de un mes en cuatro días. Eso produjo el derrumbe del km 28.
Pero el problema de los derrumbes no es nuevo, ¿por qué se ha dejado pasar mucho tiempo?
Daría la impresión de que no se ha hecho nada, pero no es así. Se ha trabajado con lo que nos ha dado la ingeniería, como la limpieza de cunetas y alcantarillas, y en las partes altas se hacen cunetas para canalizar el agua hacia las quebradas. Pero la cantidad de lluvia es alta. Podemos estar en verano, pero llueve. Esa característica hace vulnerable a la vía, la única conexión con Santo Domingo.
¿No se puede controlar?
Se puede. Contratamos una consultoría hace un año para que nos identifique cuáles son los puntos vulnerables y hace un mes y medio nos dieron los resultados. Hay 80 puntos en los 100 km de la vía, que son de bajo, mediano y alto riesgo.
Hay cuatro de alto riesgo y trabajamos de acuerdo con las recomendaciones, pero nos superó la lluvia. Hemos pedido asesoramiento a especialistas de Perú y España. Ellos están analizando los puntos y talud por talud.
Se construirán cuatro túneles (dos falsos por la zona del km 28), viaductos, puentes e iluminación. Aún no me entregan los diseños exactos, pero esas son las soluciones constructivas alternativas.
¿Cuándo empiezan?
Estaríamos empezando en un par de meses, exagerando.
Usted ya lleva siete años en el cargo, ¿por qué no se contrató antes la consultoría?
Porque hacíamos lo que nos decían los técnicos.
¿Estaban equivocados?
No. Se hacía lo que recomendaba la técnica de ese entonces.
¿Cuándo se abrirá la vía para la circulación normal?
El viernes en la tarde (hoy, 15 de mayo) me dan la evaluación técnica y analizaremos si se abre desde las 08:00 hasta las 18:00. Se abriría el lunes (18 de mayo).
¿Fue contraproducente que la vía Calacalí-La Independencia pasara al Ministerio de Transporte?
Un acuerdo ministerial del 2001 define qué vías deben manejar el Estado y los gobiernos seccionales. En el caso de la Calacalí la teníamos en delegación, nosotros la manteníamos, pero en mayo del 2013 el Ministerio se hizo cargo.
Eso no fue estratégico, porque la vía tiene baches, no hay señalización… Sin embargo, un gran letrero anuncia la ‘revolución vial’.
Yo no le puedo decir nada.
¿Cuáles son los otros ejes de su gestión?
La vialidad. Por ejemplo, está el entramado vial nuevo en el valle de Los Chillos. Tenemos 10 vías en las dos primeras etapas y se ha invertido más allá de USD 95 millones, con préstamos de la CAF y nuestra contraparte.
¿Cómo se siente trabajando con el alcalde de Quito, Mauricio Rodas?
Es una relación de corte profesional e institucional. Con el Municipio de Quito se firmó un convenio de gobernabilidad como se hizo con los cantones y parroquias. Por ejemplo, tenemos el proyecto del centro de transferencia en los terrenos del Iniap (sur) como puerto seco, para que el transporte pesado llegue y desde allí se distribuya a los mercados.
Luego del 23 de febrero del 2014 y del 1 de mayo, ¿Alianza País debe pensar en cómo recuperar a Pichincha?
No niego y es un hecho absolutamente democrático que la población pueda estar en las calles y plazas manifestando sus reivindicaciones. Más bien se deben analizar las razones por las que salen.
Quisiera que los dirigentes me digan por qué salieron el 1 de mayo a protestar. Hay estabilidad para los dirigentes de los sindicatos, no sé qué querrán; hay estabilidad para las madres embarazadas… No dicen nada de eso.
Su vida política
Gustavo Baroja va por su segunda administración en la Prefectura de Pichincha. La primera fue del 2009 al 2013 y este segundo mandato comenzó el 14 de mayo del 2014.
Fue viceprefecto entre el 2005 y 2006, cuando Ramiro González (en ese entonces ID) era prefecto. Baroja llegó al gobierno seccional en el 2003 como consejero de la provincia.
Asumió la Prefectura en el 2006 luego de que González se candidatizara como binomio de León Roldós, a la Presidencia de la República.
Se desafilió de la Izquierda Democrática en el 2008 y se apegó al movimiento Alianza País.