El lavatorio de pies y la Misa Crismal anuncian la pasión de Cristo en Guayaquil

Los sacerdotes Ignacio Almario y Armando Gómez lavan los pies de los fieles para recordar la última cena de Jesús en este Jueves Santo. El acto se llevó a cabo en la Iglesia Cristo del Consuelo. Foto: Joffre Flores / EL COMERCIO

Los sacerdotes Ignacio Almario y Armando Gómez lavan los pies de los fieles para recordar la última cena de Jesús en este Jueves Santo. El acto se llevó a cabo en la Iglesia Cristo del Consuelo. Foto: Joffre Flores / EL COMERCIO

La cruz solitaria, sin su Cristo, fue testigo de este acto de humildad. La tarde de este Jueves Santo, en el santuario del Cristo del Consuelo -suroeste de Guayaquil- los sacerdotes Armando Gómez e Ignacio Almario participaron en una misa especial de lavatorio de pies, siguiendo la tradición de Jesucristo antes de su calvario.

“Este era un gesto que hacían los esclavos cuando llegaba un huésped a la casa de su amo. Jesús lo hizo con sus discípulos para mostrar su humildad… el que quiere ser primero sea humilde, al punto de ser capaz de lavarle los pies a otros”, reflexionó el padre Gómez después de leer un texto del evangelio de Juan.

Niños, jóvenes, mujeres y adultos mayores de esta parroquia, con más de 50 años de historia, fueron escogidos. Martha Vistores fue una de ellos. Almario roció agua sobre sus pies y Gómez le seguía, con una toalla para secarlos, tal como habría hecho el Maestro con sus seguidores. El ambiente se llenó de un aroma a incienso.

Abelardo Agua también experimentó lo que vivieron los apóstoles. Luego de ser partícipe se convirtió en protagonista. Buscó entre las bancas a Isabel Saavedra para devolver la bendición del lavatorio.

Un poco antes todos compartieron el pan alrededor del altar y otra serie de actividades previo a la gran peregrinación del Cristo del Consuelo, que el Viernes Santo recorrerá la calle Lizardo García hasta la iglesia Espíritu Santo.   

La mañana de este Jueves Santo, 323 sacerdotes, párrocos que forman parte de la Arquidiócesis de Guayaquil, se congregaron en la Catedral Metropolitana de la ciudad para participar de la Misa Crismal o de renovación de sus promesas sacerdotales. La ceremonia de bendición de los óleos siguió a la lectura del Evangelio. La homilia la presidió el obispo de Guayaquil, Monseñor Antonio Arregui, desde las 10:00.

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