Por un camino angosto de piedra, que se recorre en una chiva o a caballo, se llega al pueblo indígena de Guavidula. Está ubicado en las inmediaciones del Parque Nacional El Cajas, a 20 kilómetros al oeste de Cuenca, en el sur del Ecuador.
El frío es intenso y en el paisaje de destacan las montañas, árboles de papel y una infinidad de plantas como la llamada hoja de conejo. Por la zona atraviesa el río Quinuas.
Este carretero de tierra, data a finales del siglo XIX y fue construido por orden del expresidente Gabriel García Moreno. Esa ruta se usaba para viajar a Guayaquil.
En Guavidula se recuperaron las casas de piedra, bahareque y paja. De acuerdo con datos históricos antiguamente era utilizado como lugar de posada por quienes iban a la Costa o viajaban a Cuenca. Ellos descansaban en la noche para reanudar el viaje en la mañana porque tenían miedo de quedar congelados debido al intenso frío.
La parada se hacía en la llamada Casa Indígena. Allí hay un catre hecho de ramas de quinua y amarrado con bejuco. En otro está la cocina donde está el fogón de leña, ollas de barro, el azhanga que era utilizado para madurar el quesillo, el altillo de carnes y el cuyero.
Las alforjas donde transportaban sus alimentos también están colgadas en las paredes de adobe y en las vigas de madera. Al igual que las perras, que son una suerte de talegos de cuero en las que llevaban el licor de contrabando.
La pulpería es otro de los espacios que fueron recuperados por los dueños de la Hostería Dos Chorreras de la familia Carrasco. Era una suerte de tienda para proveerse de productos o cortarse el cabello o extraerse alguna muela.
Lo singular de este pueblo indígena es la mina. Por unos túneles se llega a la roca donde extraían el oro. El ambiente es funesto. Según el guía, Antonio Pacheco, varias personas fallecieron en sus labores en ese lugar, “por lo que se escuchan ruidos”.
Un molino, una piedra trituradora y una paila grande son parte de las herramientas existentes con las que se recrea la mina. También está la sala donde se repartían el oro y las ganancias.
La única mujer que habría trabajado en el lugar fue Doña Casandra, quien les preparaba los alimentos. También hay la cueva del murciélago porque este animal predominaba y la del espíritu donde existe una serie de caretas y calaveras.
Al salir de este espacio se encuentra la Posada Lodge y en el piso están tendidos varios cueros de res, que servían para protegerse del frío y dormir con cobijas de lana de borrego.
En otro punto del pueblo, desde el mirador de Quinuas, se observa el río del mismo nombre y las inmediaciones del poblado. Con suerte se puede mirar venados y raposos.
El Guavidula también hay una capilla con un Cristo hecho de choclo y una serie de imágenes de la Virgen María. Los posantes oraban en este sitio para no tener accidentes en el trayecto hacia la Costa.
En la actualidad, el ingreso a este pueblo tiene un costo de USD 5 por adulto ya sea ecuatoriano o extranjeros. Se accede por la Hostería Dos Chorreras, ubicada en la vía Cuenca–Molleturo.