Atareadas están las 17 religiosas del convento del Carmen de La Asunción de Cuenca. Desde octubre pasado se afanan en los preparativos para el pase del Niño Viajero, el 24 de este mes.Los arreglos comprenden desde alistar la comida para el día del pase, la entrega de fundas de caramelos, refrigerios para la novena hasta la confección de los vestidos del Niño.
Según la priora del convento, María Leonor del Espíritu Santo, quien lleva su rostro cubierto por ser de un claustro, este año se confeccionaron cuatro vestidos. Las telas fueron obsequiadas por feligreses azuayos.
Una de las religiosas que elabora los vestidos es la madre Ana. Lo hace desde hace 29 años. Primero dibuja en moldes el diseño del vestido que ha sido escogido. Es un corte singular porque el Niño tiene su brazo derecho alzado.
Luego traza en la tela y corta. Cose a mano y al final coloca las piedras y borda. También confecciona una capa pequeña, ropa interior y zapatillas que son parte del ajuar del Niño Viajero.
Tienen más de 100 atuendos y vestirlo toma unos 40 minutos. Ana observa con admiración y respeto a la imagen y dice que cuando está contento, sus mejillas se sonrojan. Todo el año el Niño permanece guardado en una urna en el claustro del Carmen de La Asunción, y solo el 24 de diciembre sale para el pase.
Esta imagen fue elaborada en 1823 por encargo de Josefa Heredia. Ella inició el culto y después de cuatro generaciones llegó a manos de monseñor Miguel Cordero. En 1961, él con el Niño visitaron santuarios de España, Portugal, Italia, Grecia, Palestina, Egipto y México.
Incluso el papa Juan XXIII bendijo la imagen y a su retorno a Cuenca fue bautizado como el Niño Viajero.
Madre Leonor dice que también hacen unos 100 trajes para prestar a las personas que participan en el pase. Entre otras están los atuendos de José, la Virgen María, pastores, mayorales y ángeles.
Este año serán prestados para la representación del nacimiento del Niño Jesús que hará en los exteriores de la iglesia deEl Carmen. Será la noche del 22 de este mes.
Esta representación estará a cargo del grupo Hermano Miguel, que lo integran jóvenes cuencanos y es dirigido por Washington Noroña. También se encargan de la novena, que se iniciará el 15 de este mes, en la iglesia de El Carmen.
Noroña señala que este año la procesión durará unas siete horas. Solicita a los padres de familia que los disfraces sean relacionados con la religión y no de personajes que no tienen relación con la Navidad o el pase del Niño.
Otro preparativo es la comida. Por ello, desde inicios de año las religiosas empezaron a engordar dos cerdos, que serán servidos el 24 de este mes en el pase.
La familia Pulla también alista los preparativos para el pase del Niño Viajero. Según Beatriz Álvarez de Pulla, el próximo martes se iniciará la elaboración de la chicha, con el propósito de que empiece a fermentarse y esté lista para el día del recorrido, que se desarrollará por la calle Bolívar, en el Centro Histórico de Cuenca.
Ella prevé preparar 5 000 litros de chicha. Es una tradición familiar desde 1971. Los Pulla también elaborarán el pan para repartir el día del pase.
Otras actividades
El 15 de este mes empezará la novena en honor al Niño Viajero. Ese día, a las 17:00, se efectuará una misa en el templo del Carmen de La Asunción.
La familia Pulla entregará a los feligreses la tradicional chicha y pan en la calle Bolívar, junto a la iglesia del Cenáculo. La fallecida Rosa Pulla fue durante varios años la mantenedora del pase.
El 23 de este mes, en la Catedral de La Inmaculada brindarán una serenata al Niño Viajero con la Orquesta Sinfónica de Cuenca.
35 000 creyentes de Azuay y Cañar participaron en el tradicional recorrido del año pasado.