El sueño español se convirtió en una pesadilla para Nelly Nazareno. Ella viajó en 1997 a Valencia. Allí encontró trabajo en una empresa que exportaba naranjas hacia Francia, Italia e Inglaterra.
Trabajaba 14 horas al día junto con otras 200 mujeres. No lo hacían todo el año. Solo en la época de cosecha que era de septiembre a mayo. Nazareno ganaba entre 1 000 y 1 200 euros al mes.
La mitad del dinero la enviaba a Ecuador para la manutención de sus dos hijas. “ A los cinco años obtuve la nacionalidad y eso me abrió nuevas posibilidades ”.
Desde el 2000 hasta el 2007 los bancos españoles empezaron a ofrecer préstamos hipotecarios a inmigrantes hasta por 40 años.
En el 2004, Nazareno empezó los trámites para adquirir un departamento con la ilusión que podría llevar a sus hijas a España.
El inmueble le costó 120 000 euros. Debía pagarlo en 30 años con cuotas de 400 euros mensuales, es decir el 40% de su salario.
En tres años pagó 20 000 euros. “Remodelé el piso y adquirí otra deuda de 7 000 euros, el dinero no importaba porque mi sueño era tener a mis hijas conmigo. Cuando ya tuve cierta estabilidad, el padre no les autorizó la salida fuera del país”.
Nazareno intentó vender el inmueble, pero la crisis económica de España no se lo permitió. Nadie tenía dinero para comprar.
En el 2008, los sueldos bajaron y las personas dejaron de pagar las deudas hipotecarias.
Según Gerónimo Yantalema, asambleísta de Pachakutik, de los 500 000 ecuatorianos que están en España, el 15% fue afectado con la crisis inmobiliaria.
Uno de ellos fue Iván Drovet, de 42 años. El esmeraldeño viajó en 1999 a Palma de Mallorca, al este de España. A los tres días consiguió trabajo como obrero en una empresa constructora.
A los cinco meses, su esposa, Bélgica Cañola, también viajó. Ella se empleó en un hotel.
Luego de cinco años compraron un departamento en 72 000 euros. Al año, Cañola quedó embarazada y, según las leyes españolas, debía vivir en un espacio más grande. Ellos vendieron el inmueble y obtuvieron de ganancia 12 000.
Con ese dinero empezaron a construir una casa en Esmeraldas, pero también hicieron el préstamo en el Banco de España para comprarseotro departamento más grande. “En 15 días nos dieron el dinero para comprar la casa. Las cuotas eran de 800 euros por 40 años”.
En el 2009, Drovet perdió su trabajo porque la mayoría de empresas constructoras paró la construcción de viviendas.
La pareja ecuatoriana intentó pagar la deuda por un año, pero la situación era más difícil. Los precios de alimentación subieron y cada vez eran más escasas las posibilidades de conseguir empleo.
En el 2011 decidieron retornar a Ecuador, sin cancelar la deuda. 150 000 ecuatorianos han retornado al país desde el 2010.
Yantalema presentó ante la Asamblea un proyecto en favor de los derechos de los emigrantes.
En el proyecto reformatorio de la Ley de Hipotecas del Ecuador se planteó un artículo en el que las deudas de España no se cobren con inmuebles en el país.
“Uno de los problemas es que al no poder vender los emigrantes deciden pagar con el inmueble, pero este solo cubre una parte de la deuda hipotecaria”.
Nazareno, por ejemplo, quiere devolver su departamento al banco. El banco quiso subastar el inmueble, pero no hubo compradores. “Contraté un abogado para que tramite la devolución al banco, pero no aceptan la solicitud”.
Carlos Padilla, por el contrario, decidió enviar dinero a Ecuador. Sus familiares le construyeron una casa en Atacames.
Él viajó a Santander hace ocho años. Allá se casó con Paula Falcones de nacionalidad española.
Desde hace dos años viven en Esmeraldas. “Acá tenemos la estabilidad y la familia que no conseguimos en España. Ahora me doy cuenta”, dijo Falcones.
Planes para el retorno
La Secretaría Nacional del Migrante (Senami) impulsa el proyecto Plan retorno voluntario para que los emigrantes que viven en España regresen al país.
El programa Fondo Concursable El Cucayo apoya a los ecuatorianos emigrantes emprendedores para iniciar un negocio propio o ampliar uno ya existente. Para eso debe ser financieramente rentable.
El Bono de la Vivienda para el emigrante es de USD 5 000. Solo es aplicable para las personas que no tienen una casa en el país.
El programa Apoyo a personas en condición de vulnerabilidad está dirigido a ecuatorianos cuyas condiciones psico-socioeconómicas impiden su normal desenvolvimiento en el país.
La repatriación de restos mortales de un ecuatoriano en el exterior se hace gracias al Decreto Ejecutivo No.1253. Ahí reza que la Senami debe encargarse de los trámites consulares.