‘Cuando voy a un restaurante, pregunto si tienen conexión Wi-Fi. De la respuesta depende si me quedo o busco otro lugar”. Es el comentario de Elizabeth Cruz, una asesora de comunicación que se dedica al negocio de las revistas digitales en Ambato.
Como ella, cada vez más personas en esta ciudad disponen de celulares, iPads y computadoras portátiles y necesitan conectarse seguido a la Internet sin cables.
El Wi-Fi es una red inalámbrica que permite a las personas conectarse a la Internet fuera de sus lugares habituales de trabajo.
“Saber dónde se ofrece este servicio en forma segura y gratuita es una prioridad en estos tiempos. De ese modo se puede ahorrar el saldo del teléfono y hace posible utilizar las tablets que están a la moda”, añade Cruz.
En Ambato hay cuatro sitios que ofrecen una conexión abierta de Wi-Fi. Es decir, no se necesitan claves de acceso ni se requiere consumir bebidas o comidas a cambio de este servicio, como sí ocurre en más de 100 restaurantes y cafeterías que también cuentan con esta nueva tecnología .
Esos sitios son la Biblioteca de la Prefectura, entre las calles Castillo y Sucre. Además, el Mall de los Andes y las universidades Técnica de Ambato (UTA) y Católica.
Según la Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT), en los últimos cinco años se registró un crecimiento sostenido de usuarios que contratan el servicio de Internet en casa y que son potenciales usuarios de Wi-Fi en sitios públicos.
Hoy son 27 744 clientes de la CNT en Tungurahua.Uno de los sitios más concurridos es la biblioteca virtual del Consejo Provincial. El lugar cuenta con 45 máquinas que son utilizadas gratuitamente por estudiantes y profesionales por un tiempo máximo de una hora.
Esto pese a que solo la segunda planta de la biblioteca está destinada para los usuarios que quieren acceso a Wi-Fi.
Hay mesas, sillas y sillones. Es el sitio preferido de Fabricio Echeverría y Jairo Zurita, estudiantes del Servicio Ecuatoriano de Capacitación Profesional (Secap).
Cada uno tiene una laptop a su disposición. “El servicio es gratis y además nos da seguridad para nuestros equipos y datos”, dice Zurita.
En el mismo lugar, ocupando los cómodos sillones, un grupo de estudiantes del colegio Ambato, de quinto año de bachillerato, chatea con sus celulares inteligentes.
“Debemos hacer un trabajo de historia. Ahora con los celulares, las tabletas y el Wi-Fi ya no es necesario tener una computadora”, asegura Sabrina Bonilla.
Jackeline López, responsable de esta biblioteca, dice que tienen 200 usuarios por día tanto en las computadoras fijas como para el Wi-Fi. “En el 2012 recibimos alrededor de 36 000 clientes, sin contar con las personas que suelen sentarse en las gradas exteriores de la biblioteca y en las bancas del parque Juan Montalvo”.
Otro sitio de uso gratuito de Internet inalámbrico es el Mall de los Andes. Eso lo saben María Belén Gallo y Óscar Matza. Aseguran que tienen facilidades para trabajar, alimentarse y distraerse.
En las universidades Técnica y Católica, situadas en la zona alta de la ciudad, miles de estudiantes se benefician de este servicio. Lo hacen también profesionales que ingresan solo para conectar sus dispositivos a la red Wi-Fi.