En la comunidad tsáchila Chigüilpe, los habitantes se dedican a limpiar el poblado.Foto: Cortesía Federación Awá del Ecuador
Las largas distancias que hay entre algunos poblados rurales con los centros urbanos son asumidas como una barrera natural, ante la actual amenaza del covid-19 en el país.
San Marcos, una de las 27 comunidades indígenas Awá, por ejemplo, está ubicada a 12 kilómetros de la cabecera parroquial de El Chical, en Carchi.
Los 1 200 habitantes de esta localidad tardan un promedio de cuatro horas caminando entre un punto y otro. La mayoría sale para vender cultivos de plátano, borojó o naranjilla y para adquirir víveres como arroz, azúcar o fideos.
Sin embargo, desde el 16 de marzo último no pueden abandonar sus poblados. Las personas ajenas a la comunidad tampoco pueden ingresar.
La restricción fue acordada por la Federación de Centros Awá del Ecuador (FCAE) con los presidentes de las 27 comunas, ubicadas en Esmeraldas, Carchi, Imbabura y Sucumbíos.
“El objetivo es evitar que la nueva enfermedad afecte a los -aproximadamente 6 000- miembros de esta etnia. Así lo explica Jairo Cantincús, líder de la organización.
Mediante asambleas se informó a los comuneros -en idioma Awapit- sobre la actual situación de la pandemia, las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y la necesidad de autoaislarse.
No se colocaron obstáculos en los caminos. Únicamente se recomendó a los presidentes y guardias comunitarios que vigilen las vías de acceso.
Los que abandonan el territorio comunitario no podrán retornar hasta que pase la emergencia. Hasta ayer la medida se desarrollaba con normalidad, asegura Cantincús.
Para el abastecimiento de alimentos se acordó que dos comerciantes de poblados cercanos a las comunidades lleven las provisiones una vez por semana a ese territorio.
Sin embargo, previamente, deberán realizarse un chequeo con médicos del Ministerio de Salud Pública, que garanticen que no están enfermos.
Cantincús asegura que los awá de Colombia, al igual que otras nacionalidades ecuatorianas como los épera, chachis y tsáchilas han implementado medidas similares.
En Santo Domingo de los Tsáchilas, siete comunas indígenas también se aislaron. Durante este tiempo se han dedicado a realizar rituales y a conectarse con la naturaleza.
Los chamanes se han reunido para beber el nepi (ayahuasca) y pedir consejos a los ancestros sobre cómo actuar ante la amenaza del coronavirus.
Según el chamán Agustín Calazacón, esa estrategia funcionó hace más de 200 años, cuando azotó una epidemia de fiebre amarilla y viruela.
Uno de los curanderos tradicionales ingirió la bebida y se internó en el bosque. Ahí descubrió la planta de achiote. El indígena frotó la semilla roja en el cuerpo de los nativos y estos se curaron, asegura.
El poné (sabio en idioma tsa’fiki) Alejandro Aguavil, de la comuna Los Naranjos, afirmó que para que el ritual funcione, el chamán debe estar solo al menos 10 días y llevar una dieta que excluye la carne.
En la comuna, los demás habitantes también deben estar en silencio y no pueden salir de sus casas hasta que el chamán lo disponga.
La mayoría de los 27 centros poblados awá, como San Marcos, no tiene caminos. Foto: Cortesía Federación Awá del Ecuador
“En las comunas donde se hace este ritual, el aislamiento es voluntario para la familia del chamán. Pero, ante la emergencia, ahora todos deben hacerlo”, comenta Aguavil.
Según la Gobernación Tsáchila, en las comunas se ha cumplido con el toque de queda y el aislamiento. Aunque, los indígenas deben salir a cultivar los productos para preparar sus alimentos o al bosque por plantas medicinales.
En los centros awá también se recomendó retomar las comidas tradicionales, con productos que se recolectan en el bosque, se cazan en el monte y pescan en los ríos.
Esta época servirá para fortalecer las costumbres ancestrales, considera Jairo Cantincus. Los chamanes igualmente realizan rituales de armonización con la naturaleza.
Gobiernos amazónicos reclaman los recursos
Las seis prefecturas, 41 municipios y 169 parroquias amazónicos exigen que el Gobierno Nacional pague la deuda por la Ley de Circunscripción Territorial Especial Amazónica, para enfrentar el covid-19.
Hasta la mañana de ayer, en Sucumbíos, Pastaza, Morona Santiago y Zamora Chinchipe se registraron 29 casos positivos de coronavirus.
Napo y Orellana no han reportado casos de covid-19. Sus gobiernos autónomos trabajan en las medidas de control.
El alcalde de Morona, Franklin Galarza, propone que el Consejo de Planificación y Desarrollo establezca la separación de un monto especial para la emergencia sanitaria, con el 50% de los recursos del Fondo Común, “que cuenta con las utilidades petroleras del 2018 y que alcanzarían los USD 70 millones”.
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