El movimiento volvió a Guayaquil durante las noches. Los cangrejales de la ciudad y los restobares nuevamente son los puntos más visitados por las familias del Puerto Principal.
El sábado 29 de mayo del 2021 se registró una fuerte afluencia de personas en sectores populares que ofrecen estos servicios. Uno de estos sitios es Sauces, en el norte de la ciudad.
Los parqueaderos de los más de 26 cangrejales que existen en la zona estaban repletos de vehículos.
Los dueños de los locales confirmaron que la eliminación del toque de queda los fines de semana ayudó a que las personas cada día retomen sus actividades tradicionales.
“En Guayaquil es clásico comer cangrejos las noches de los viernes, sábados y domingos. Por eso, desde la semana pasada esta zona volvió a reactivarse”, contó Freddy Olmos, un trabajador de uno de los restaurantes.
En esta tradicional zona es común ver a distintos jóvenes promocionar los cangrejos a las personas desde los parqueaderos.
Los chicos utilizan mascarillas y en sus manos tienen recipientes de alcohol.
“Aquí todos nos pusimos de acuerdo para cuidar la bioseguridad. En los locales también hay ventilación y el distanciamiento entre mesa y mesa. No queremos que por algunas personas irresponsables nos cierren a todos. No trabajar nos afecta mucho”, relata Jessica Segura, una de las promotoras.
Estos sitios cada noche reciben entre 20 o 30 familias. Los dueños de los locales dicen que antes de la pandemia ese número de podía duplicar.
Ellos incluso cuentan que por las últimas restricciones en horarios nocturnos la forma de comer cangrejos ha cambiado.
“Ahora la gente llega desde las 18:00. Antes eso no se veía. Las personas llegaban a las 22:00 o 23:00. Ahora ya no se puede atender en esos horarios porque hay restricción. De hecho, todos los locales ya empezamos a cerrar a las 21:00”, dice Juan Dávalos, otro cangrejero.
Pero el fuerte movimiento no solo se vivió en esta zona. En el barrio de Miraflores, también en el norte, se observó gran afluencia de familias. En los costados de las vías se podía ver que no había espacios para estacionar.
En aplicaciones de taxi se confirmaba el fuerte movimiento de la zona. Las personas debían esperar hasta por 15 minutos para conseguir un vehículo.
Allí la gente se concentró en locales de parrilladas, chuzos, y más cangrejales. En uno de estos sitios se visualizó hasta una fila para entrar. En cada local se observaba el uso de mascarillas y los recipientes de alcohol en las puertas.
La ciudad ayer tuvo un movimiento inusual. Los taxistas de sectores como Urdesa y Puerto Santa Ana lo ratificaron. Un conductor contó que desde las 18:00 la gente se volcó a las calles. Los restobares que funcionan en estos dos sectores se veían llenos.
Los locales, incluso, tenían mesas en los exteriores para expandir la oferta. Uno de los dueños de un restobar en puerto Santa Ana contó que acordó con otros propietarios cuidar la bioseguridad.
Marcia Constante llegó a ese sitio turístico ayer a las 20:00, junto a su esposo y sus tres hijos. Ellos ingresaron a un restobar y consumieron una serie de bocaditos españoles. También pidieron un vino y gaseosas.
“Hoy decidimos salir en familia. Antes de la pandemia siempre lo hacíamos, pero con las restricciones ya no se puede. A mis hijos trato de explicarles que debemos estar en la casa, pero también se cansan de estar encerrados”, conto.