Los equipos de filmación se usan para prevenir posibles emergencias como asaltos o riñas callejeras, controlar la seguridad en los espacios públicos, verificar la fluidez del tránsito, las condiciones climáticas, entre otras funciones. Foto: Archivo / EL COMERCIO
En el país hay una cámara de seguridad por cada 4 000 habitantes. En las 28 salas de monitoreo del ECU 911, policías agentes de tránsito, militares y otros funcionarios de los organismos de respuesta monitorean las imágenes, durante las 24 horas del día.
Los equipos de filmación se usan para prevenir posibles emergencias como asaltos o riñas callejeras, controlar la seguridad en los espacios públicos, verificar la fluidez del tránsito, las condiciones climáticas, entre otras funciones.
“La videovigilancia se ha vuelto una herramienta fundamental para las acciones preventivas y para el control en espacios públicos”, detalla el ECU-911 en su informe de rendición de cuentas del 2017.
Esa entidad cuenta con 12 salas operativas situadas en ciudades pequeñas, como Quevedo y Latacunga. Estas áreas tienen capacidad para el monitoreo de las cámaras y la coordinación de emergencias.
También hay nueve centros locales con infraestructuras más grandes, para la atención en provincias como Chimborazo, Galápagos y Esmeraldas. Y en los sitios con mayor frecuencia de emergencias, como Guayas y Pichincha, hay centros zonales; en total son siete.
Desde que el proyecto se inició en el 2012, cuando se instalaron las primeras 259 cámaras de seguridad, la inversión ha ido en aumento.
El número de cámaras se incrementó hasta sumar 2 965 en el 2015 y 3 678 en el 2016. El año pasado se agregaron 477 nuevos dispositivos, que fueron ubicados en sitios considerados estratégicos.
Diario EL COMERCIO consultó al departamento de Comunicación del ECU 911 sobre los montos de inversión y la cantidad de cámaras instaladas en cada provincia, pero hasta el cierre de esta edición no se obtuvo una respuesta.
Una de las ciudades que recientemente incorporó nuevas cámaras de videovigilancia es Ambato. Allí, los sitios más conflictivos ahora son vigilados con un moderno sistema móvil que, a diferencia de las cámaras ya instaladas, funciona a través de antenas de radiofrecuencia, un mecanismo que facilita la conectividad sin necesidad de utilizar la tradicional fibra óptica.
Están conectadas al Sistema de Seguridad Ciudadana ECU 911 para el respectivo monitoreo. El proyecto es impulsado por del Consejo de Seguridad Ciudadana (Conseca), del Municipio de Ambato. La inversión supera los USD 40 000.
Las cámaras funcionan desde enero de este año y tienen una aproximación de 400 metros a la redonda. Están ubicadas en sitios estratégicos de la ciudad, como el barrio Los Sauces, El Tropezón, Huachi Chico, Luis Ernesto Albán y Víctor Hugo, sector de la Escuela de Formación de Soldados, en el norte de la ciudad y el estadio Bellavista, consideradas zonas conflictivas.
Patricia Pico, directora del Conseca, explicó que el propósito de los dispositivos es dar más seguridad a estas zonas afectadas por actos delictivos, escándalos públicos y violencia intrafamiliar o robos a vehículos y casas.
Según Pico, luego de un estudio y de un análisis efectuados por un comité integrado por la Policía Nacional, el ECU 911 y el Conseca, se decidió instalar los equipos en estos lugares.
“Las cámaras pueden ser trasladadas a otros sectores de acuerdo con el requerimiento de las instituciones o pedidos de los barrios”, señaló.
La Directora del Conseca aseguró que los equipos de filmación tienen una visión horizontal de 360 grados y en sentido vertical de 90 grados.
Los aparatos envían imágenes en hora real hasta la Sala de Operaciones del ECU 911.
Una de las dirigentes del barrio Los Sauces, en el sur de Ambato, quien solicitó omitir su nombre por seguridad, dijo que en los cuatro meses que están instaladas las cámaras móviles se ha reducido el número de robos, asaltos, enfrentamientos e, incluso, violencia intrafamiliar. En el barrio también se dispusieron alarmas comunitarias.
“Aún hay hechos aislados, pero la presencia de pandilleros desapareció, ahora hay más seguridad”, comentó la dirigente de esta zona.
En otras provincias, como Morona Santiago, también se prueban nuevas formas de conexión para las cámaras de videovigilancia. En cantones donde no existen sistemas de comunicaciones tradicionales, como Gualaquiza, se instaló una red inalámbrica.
Según el ECU-911, una de las potencialidades del sistema de vigilancia por video ha sido la agilidad al procesar a los infractores. Los archivos se convierten en evidencias que se envían directamente a las autoridades judiciales y a la Fiscalía para los procedimientos.
Pero, además, el sistema tiene otras utilidades. Por ejemplo, los medios de comunicación registrados en el ECU pueden conectarse desde sus computadoras e informar sobre la afluencia a eventos masivos o accidentes de tránsito.
En contexto
El proyecto de videovigilancia se inició en el 2012 y consiste en monitorear sitios públicos, buses y taxis, para evitar delitos y agilitar la detención de infractores. Las cámaras también tienen otras utilidades, se puede verificar el tránsito o el estado de las vías.