Por 30 años, la Fundación Con Cristo viene desarrollando su labor en el sur de Quito. Apoyar a niños con parálisis cerebral y otro tipo de discapacidades es la misión que realiza a diario. La solidaridad es el pilar que sostiene las tareas de esta y de otras organizaciones y colectivos que dan su mano en esta temporada navideña.
No hay un ingreso fijo ni un presupuesto gubernamental. El apoyo de la comunidad es vital. En Navidad llega gente con caramelos, juguetes y, sobre todo, alegría e interés en ayudar a los demás.
En la pandemia, la fundación cerró por un año y medio. Retomarla, desde noviembre de 2021, fue como empezar de cero. Las donaciones bajaron y cada vez es más difícil avanzar, sin embargo, no se rinden.
Maritza Castellanos, quien es parte de la agrupación, cree en la vocación de la organización. Este es el impulso que les permite llegar a quienes más lo necesitan.
En Quito, las organizaciones sociales registradas en el Ministerio de Inclusión Económica y Social suman 2 990. A escala nacional son 22 693. Hay otras de carácter solidario, como Con Cristo, que son inscritas en entidades como el Ministerio de Salud Pública.
Redes de solidaridad
Los integrantes del Cabildo Juvenil de Quito llegaron hasta la Fundación Con Cristo. El trabajo constante con la comunidad y el apoyo local les permitió entregar regalos a los miembros de esta y de otras organizaciones benéficas.
Cada año, los jóvenes impulsan la campaña Alegría en Navidad.
Ariana Pico es parte del colectivo y corrobora que las donaciones han disminuido. En 2022 pudieron recolectar
dulces, juguetes, libros y ropa para repartir. Además, coordinaron acciones para ayudar a 400 niños con parálisis cerebral en barrios como La Bretaña y 5 de Junio.
Se aliaron con Guambras en Acción, para desarrollar dinámicas, juegos y caritas pintadas. A pesar de la disminución en los aportes, que se pueden coordinar por redes sociales, este año llegarán a un punto más. Están definiendo si a las familias del Banco de Alimentos o, en enero, a una comunidad indígena en Imbabura.
El Cabildo Juvenil está integrando por personas de entre 16 y 29 años. Se trata de líderes de agrupaciones
de diversos sitios de Quito. Todo el año recolectan y entregan víveres y útiles de aseo.
El aporte desde los barrios
El trabajo solidario desde los barrios es importante en esta época. Un ejemplo es la Pastoral Social Santa Ana de Nayón, que cuenta con 25 voluntarios.
La venta de la colada morada que preparan, cada domingo, es la principal fuente de ingresos para asistir a personas de escasos recursos, incluyendo a adultos mayores.
La jornada para elaborar los productos empieza a las 05:00; la comercialización comienza después de la misa de las 08:00.
Karina Gualoto, integrante del grupo, cuenta que los aportes han sido menores que en navidades pasadas. Esto aunque, incluso, realizaron una suerte de teletón.
De todas formas, ya pudieron llegar con ayuda a unas 300 personas. Primero a familias de Nayón. Luego recorrieron Quito en dos grupos. La terminal Carcelén, el redondel de El Ciclista, Santa Clara y los bajos de la iglesia La Basílica fueron algunas de las paradas donde repartieron comida caliente y caramelos.
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