En un tramo de 2 kilómetros, en Los Arenales y Las Gilses en Crucita (Portoviejo-Manabí), los fuertes aguajes destrozaron 15 ramadas (instalaciones de caña guadúa con techo de cade).
Olas de hasta dos metros de altura pegaron con fuerza en las ramadas de más de 15 años.
Jerson Castro, un comerciante de pescado y que trabaja en las ramadas, dice que “cada ramada tiene un costo de entre USD 5 000 y 8 000; hay que añadir 2 000 que invierten en los tablones que se utilizan para formar las mesas donde se limpia la sardina”.
Los propietarios de las ramadas contrataron personal para tratar de recuperar una parte de las cañas y los tablones.
Camiones cargados con caña guadúa, cade y tablones llegaban ayer, 31 de enero, de Portoviejo y Manta para la reparación.
A esas pérdidas se suma la reducción de ingresos de más de 200 familias que dependen de la limpieza de sardina. Algunos dejaron de trabajar, pero otros se arriesgaron y salieron en la madrugada.
Yolanda Conforme es una de ellas. Algunos hombres acomodaron varios tablones en la playa hasta formar unas mesas y junto a 20 mujeres empezaron a limpiar sardina que llegó en un barco pequeño. “Aunque sea llevo USD 10 que me sirven para dar de comer a mis tres hijos hasta que mi esposo regrese de la pesca”.