María Cuvi siembra zanahoria y papas en una cuadra de terreno. Su propiedad está ubicada en el sector Santa Cruz, a un kilómetro al sur occidente del centro de Riobamba.
El agua que utiliza para regar su chacra lo capta del sistema de riego Batán-Yaruquíes, que genera 150 litros por segundo. Este recoge las aguas contaminadas del río Chibunga, uno de los afluentes emblemáticos de esta ciudad.
Allí se descargan los residuos producidos por los 340 000 habitantes de los cantones Alausí, Guamote, Colta, Chambo, Riobamba, Guano y Penipe, por donde cruzan sus 270 kilómetros de recorrido. Y no tienen ningún tipo de tratamiento.
Aguas abajo ese líquido es utilizado para irrigar 30 hectáreas de cultivos. Desde su nacimiento hasta desembocar en el Pastaza, el río Guamote recibe agua de industrias, hospitales, mecánicas, lavadoras, lubricadoras, etc.
Riobamba, con 225 000 habitantes, es la que más contamina. Allí se vierten 350 litros por segundo de aguas contaminadas. “Hay pocas acciones de los municipios para la desinfección de los líquidos residuales”, dice Christian Tapia, técnico de la Central Ecuatoriana de Servicios Agrícolas (CESA) en Chimborazo.
En el 2010, los técnicos del Proyecto de Gestión Integral de la Cuenca del Río Chambo del CESA hicieron un estudio sobre calidad de agua. En los dos años se recopilaron los datos en 35 puntos de monitoreo instalados en los 18 ríos de la cuenca del Chambo.
La información que recogieron los especialistas determinó que el 80% de los 4 500 litros por segundo que corren por este afluente está contaminado con coliformes fecales y metales pesados causados por los combustibles de las mecánicas, lavadoras de vehículos y de cambio de aceite.
En los barrios Santa Cruz y El Pedregal, un olor putrefacto invade el extenso valle. El agua del afluente es café oscuro. El agricultor Manuel Pérez, con el apoyo de Antonia Acushi, apura la faena. El objetivo es regar una cuadra de terreno donde sembró papas.
“Hace cuatro años, las autoridades nos ofrecieron construir una planta de tratamiento, pero aún no se cumple”, cuenta Pérez.
Para este campesino, no es un secreto que las aguas del río Chibunga estén contaminadas. “Eso lo saben los consumidores”.
En ese lugar se irrigan 13 hectáreas de cultivos de papas, lechuga, zanahoria, col, cebolla y otros productos que se venden en el Mercado de Productores.
Ana Lucía Bustos, técnica ambiental del Centro de Estudios y Acción Social (CEAS) de la Diócesis de Riobamba, que también elaboró otro estudio, explica que las causas para la contaminación del río Chibunga empieza aguas arriba. Esto ocurre porque la población asentada a lo largo bota basura al afluente.
Asimismo, las 2 500 personas que habitan en los sectores El Guabo, Rumipamba, Shobol Llin Llin, San Juan y Calera Shobolpamba descargan las aguas residuales sin un tratamiento previo.
De acuerdo con los cálculos de Bustos, el Chibunga recibiría grandes descargas de materia orgánica cada día. Cita por ejemplo, que la población de Shobol Llin Llin aporta con 227 kilos de materia, San Juan con 83,77, Calera Shobolpamba con 232, El Guabo con 331 y Rumipamba con 87.
A esto se suma la materia orgánica de los animales que pastorean en las riberas de los afluentes. “Todos estos desechos son transportados por los quebradas hacia el Chibunga”.
Carlos Velarde, gerente de la Empresa de Agua Potable y Alcantarillado de Riobamba (Emapar), cuenta que en el estudio del Plan Maestro de Agua Potable y Alcantarillado se contempla la construcción de una planta de tratamiento de aguas residuales.
La ejecución del plan se inició en enero de este año con la construcción de siete kilómetros de canales colectores para la recopilar el agua lluvia.
Asimismo, se cambia la tubería de agua potable. La inversión asciende a los USD 29 millones y está previsto que se culmine a mediados del 2013.
La segunda fase es la construcción de las piscinas de oxidación similar a lo que sucede en Cuenca. Pero una de las dificultades es financiar la obra. Esta costaría USD 20 millones.
Velarde asegura que “analizamos si se edifica esa planta o se construyen sistemas de tratamiento en cada sector, similar al que entró a funcionar en el barrio Libertad, oriente de Riobamba”. La miniplanta tratará entre 80 y 100 litros de agua por segundo.
Hasta que eso se concrete, Cuvi sigue vendiendo sus hortalizas en los mercados de Riobamba. “No nos hemos enfermado, pese a que consumimos estos productos”.
Punto de vista
Seylvain Bleuze / ambientalista
‘Hay interés por evitar los daños ambientales’
Hace 10 años no había interés por el tema ambiental. Ahora los cabildos están interesados en evitar la contaminación construyendo pequeñas plantas de tratamiento. Hasta que eso se concrete, el problema continuará.
Debe ser una política de cada jurisdicción. Esto no solo afecta al ambiente, sino al ser humano, puesto que el 80% del agua potable que se utiliza retorna sucia al río.
Esta es usada por los agricultores para irrigar sus cultivos, convirtiéndose en una cadena que afecta a todos. Un gran logro será la construcción del Plan Maestro de Agua Potable y Alcantarillado, pero falta mucho.
Detalles importantes
El Proyecto de Gestión Integral de la Cuenca del Río Chambo costó USD 140 000 y fue financiado por la Agencia de Aguas de Normandía (Francia). Contó con el apoyo del Laboratorio de Calidad de Agua de la Escuela Politécnica de Chimborazo.
Según los técnicos, entre las causas para la contaminación de las afluentes también están las actividades agrícolas, por el uso y abuso de agroquímicos.