Apenas amanece, la comunidad El Manzano, afectada por las erupciones del volcán Tungurahua, recobra su movimiento matinal. Sus habitantes salen de sus casas construidas de bloque y techo de fibrocemento.
Ataviados con sombreros de paño, botas de caucho y ponchos de lana se protegen del intenso frío y de la ceniza que cae en este poblado, ubicado en las faldas del coloso Tungurahua.
Los campesinos caminan por los estrechos patios cenicientos hacia los pequeños galpones edificados con madera, donde crían las gallinas.
Otros esperan el bus de la Cooperativa Bayushig para viajar a la comuna Talavela. El 28 de mayo, cuando se reactivó de forma sorpresiva el volcán, los agricultores trasladaron el ganado hacia esta propiedad de 20 hectáreas.Esas tierras fueron entregadas por el Gobierno a las 20 familias, en el 2008, como parte de un plan para la reactivación económica de la población. Desde entonces, ellas siembran papas, arveja, pastos y maíz en este lugar localizado a 25 minutos del cantón Penipe, en Chimborazo.
Domingo Criollo es uno de los agricultores que aprovecha el pedazo de tierra que recibió. La semana pasada trasladó sus cuatro vacas, donde permanecerán hasta que deje de caer la ceniza.
La casa de Domingo está junto a la carretera, que es de tierra. Esta conduce a la parroquia Puela, en Penipe, otra de las poblaciones afectadas por el volcán. El hombre delgado viaja todos los días a las 07:00 y retorna a las 15:00.
A un costado de su vivienda de bloque, donde vive con su esposa María y sus seis hijos, tiene un corral con 20 gallinas.
El hombre, de 53 años, se resiste a abandonar el pueblo donde nació. “Aprendimos a convivir con el volcán, en este momento la Mama Tungurahua está tranquila. Si nos vamos, quién cuidará de nuestros animales”, dice, mientras afila un machete.
Las calles de El Manzano son polvorientas. Los cultivos están secos y la hierba para los animales está cubierta por una fina capa de ceniza. Pocos carros circulan por estas vías estrechas. La gente camina largos tramos para ir a sus casas o parcelas.
Polibio Samaniego, de 70 años, trabajó tres horas limpiando con una rama de eucalipto el pasto cubierto con la ceniza. Las cinco vacas que cuida no podían comer la hierba. Los animales están desde el mes pasado en el sector de Chonglontus, a 12 kilómetros de Penipe. Polibio cobra USD 5 diarios por el cuidado. “Por lo menos hay trabajito en este momento, con el volcán que se reactivó”.
Su labor termina a las 15:00 y a paso lento retorna a su casa en El Manzano. Se cubre la nariz con una bufanda de lana.
Su vecina Lida Balseca, otra de las agricultoras, pasa el día en su terreno sacando la maleza y cosechando las últimas mazorcas de maíz que quedan en su cultivo. Ella sonríe y con voz entrecortada cuenta que cuando el volcán erupcionó en 1999 fue una de las evacuadas del lugar.
“Todo fue rápido. Los militares llegaron y no me dieron tiempo a sacar nada. A los dos meses que retorné no había los animales, se robaron todo. Por eso, esta vez no pienso abandonar mi casa”.
Santos Criollo, otro morador, perdió sus cultivos de papas y maíz en la reactivación de finales del 2009 e inicios de enero y febrero de este año. Logró salvar las 100 plantas de tomate que sembró en su invernadero.
Pero la producción es mínima. No alcanza para vender en el mercado. Aun así, se dedica al cuidado de las plantas y de 20 aves que tiene en un galpón.
En el caso de producirse una explosión o cuando las autoridades señalen emergencia o alerta inminente, debe alejarse de la zona de afectación lo más pronto posible. Además, evite los lugares o las áreas que puedan ser alcanzadas por la caída de cascajo o piedras. También descarte los sitios donde cae ceniza.
Tenga en cuenta
Organice a su comunidad y a su familia. Con ellos arme un plan para evacuación. En primer lugar identifique las rutas de escape. Luego tenga a la mano celulares o radios de comunicación para estar conectados. No olvide guardar los medicamentos que los miembros de su familia toman de manera regular.
Si cae ceniza asegúrese de almacenar agua. También tape los tanques en los cuales se guarda el líquido. Debe prever el suministro del servicio, mínimo para tres días. También guarde provisiones. Durante una caída intensa de ceniza lo recomendable es no salir de las viviendas, pues el material afecta a la salud.
Arme una red de comunicación. Pida a un pariente o amigo que sirva como contacto familiar. Este debe estar fuera de la zona de influencia del volcán. Él será el encargado de comunicarse con sus familiares y organizar una búsqueda si es necesario. Además, tenga a la mano los números de emergencia.