Redacción Política, Reuters, AFP
Las probabilidades de que Ecuador y Colombia lleguen a un acercamiento formal en sus relaciones diplomáticas parecen mayores.
Ayer, en Lima (Perú), los cancilleres Fander Falconí y Jaime Bermúdez se dieron la mano con cordialidad, mostrando signos de apertura. Sucedió en el marco de la XIV reunión extraordinaria del Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores de la Comunidad Andina (CAN).
Cronología
Las relaciones diplomáticas entre Ecuador y Colombia están interrumpidas desde el 3 de marzo de 2008. Es decir, dos días después del ataque a Angostura.
En junio del año anterior, las autoridades diplomáticas de Ecuador pusieron cinco condiciones para restablecer las relaciones diplomáticas con Colombia. Entre ellas estuvieron la entrega de información sobre el operativo militar, el tipo de tecnología usado o si hubo intervención de terceros países.
El pasado viernes el presidente Álvaro Uribe pidió “perdón” al Gobierno y al pueblo ecuatorianos por el bombardeo. Correa saludó esta actitud.
Esa cita, donde también participaron los pares de Perú y Bolivia tenía como propósito evaluar el plan de trabajo de la Presidencia Pro Témpore de este organismo subregional. Además, se aprobó el convenio de financiamiento con la Comunidad Europea para un programa antidrogas ilícitas.
Sin embargo, el tema que más expectativas generó fue la posibilidad de que Falconí y Bermúdez se reúnan, como consecuencia de la invitación al diálogo, formulada el viernes por el presidente colombiano Álvaro Uribe, y la respuesta favorable de su homólogo ecuatoriano Rafael Correa.
Dicha reunión presidencial, en un primer momento, fue pautada para el 28 de agosto en Bariloche (Argentina). Esto, en el marco de la cumbre extraordinaria de Unasur, donde Colombia deberá explicar el alcance de la ampliación de los acuerdos militares con EE.UU. (ver nota compartida).
De momento, lo único oficial y público del encuentro de Lima ha sido la ronda de fotos de ayer, donde los dos ministros saludan con alegría. Además de una breve reunión que se dio entre los dos funcionarios, en el marco del orden del día dispuesto por la CAN.
Es por ello que esta cita cobra cierta importancia política y coyuntural. Sobre todo porque Falconí dijo el martes que, antes de un encuentro oficial y personal entre Correa y Uribe en Argentina, era necesaria una reunión previa entre los dos cancilleres.
Los despachos informativos de las dos sedes diplomáticas han evitado adelantar detalles de un posible diálogo directo entre Falconí y Bermúdez en Lima.
Sin embargo, la agencia Reuters asegura que la cita de ayer sí permitió a los dos países explorar opciones de acercamiento que podrían poner fin a los roces que han sufrido desde el año pasado. Esto luego de que Colombia bombardeó el campamento clandestino del jefe guerrillero Raúl Reyes en Angostura, el 1 de marzo.
El Canciller colombiano insiste en que la fase de diálogo no está del todo consolidada. “Estamos explorando opciones de acercamiento”. Tras el breve encuentro, Falconí confirmó que Quito y Bogotá buscan establecer un diálogo para zanjar sus diferencias.
De avanzar la reconstrucción de la agenda bilateral, rota por más de 18 meses, el encuentro bajaría el nivel de tensiones generado en la región. Sobre todo después de que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, congeló nuevamente sus relaciones con Colombia, tras la discusión de los acuerdos militares EE.UU.-Colombia. Al respecto, Bogotá insiste que este convenio es bilateral y que se circunscribe al territorio de su país exclusivamente.
“Soplan vientos de guerra”, dijo Chávez, el 10 de agosto en Quito, en la cumbre de Unasur, en la cual se decidió armar un nuevo encuentro en Argentina. Días más tarde, Correa aceptó el llamado al diálogo, con lo cual la diplomacia de Bogotá logró controlar uno de los focos de tensión.
Ayer, en Santiago, de otro lado, como respondiendo a la preocupación de Chávez, el canciller chileno, Mariano Fernández, dijo que la reunión de los presidentes de la Unasur en Bariloche no buscará “generar vientos de guerra ni generar tensiones”, sino integrar a los estados miembros.