La Plaza Grande es uno de los lugares que recorren los turistas. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
Los Weightman no dejaban de sorprenderse mientras caminaban por la Plaza de San Francisco. Estaban atónitos con las maravillas arquitectónicas del Centro. La iglesia de La Compañía los dejó sin palabras. Este matrimonio inglés escogió pasar en Quito sus vacaciones. Ellos permanecieron una semana conociendo una cultura diferente.
Malcolm Weightman sacó su cámara fotográfica, caminó al centro de la plaza y apretó el botón. En la pantalla LCD de su dispositivo aparecieron palomas, las torres de la iglesia y seis bailarinas que participaron en una danza andina.
“Me encanta el Centro Histórico, siempre hay cosas nuevas que ver. Además está muy limpio”, resaltó Malcolm. Su esposa, Anne, respaldó lo dicho y añadió que la gente en Quito les ha tratado bien. “Son muy amables”. Ellos miraron a los miembros de Artedanza que interpretaron el baile de la cinta.
El domingo 27 de julio se respiró, literalmente, un aire distinto en el Centro Histórico. La prohibición para que circulen los automotores tanto en la García Moreno como en la Guayaquil favoreció para pasear en este sitio sin tanta contaminación, como sería de lunes a viernes.
Los espectáculos artísticos y culturales son parte de la campaña Quito a Pie que impulsa la administración Manuela Sáenz para “recuperar las actividades de los vecinos en el Centro”, dijo Alejandra Álvarez, coordinadora.
Un grupo de turistas alemanes llegó a las 11:00 a este espacio Ellos se encantaron con el corredor cultural que vieron por la calle García Moreno.
L. Hellman indicó que la Plaza Grande es “preciosa”. Hace mucho tiempo que no paseó tan tranquilo, tomando fotos de las estructuras, señaló.
Cinthia Brito, guía de turismo, explicó que los grupos de turistas ya traen planificados sus recorridos desde antes de que suban al avión para Ecuador. “Siempre el Centro Histórico es algo que tienen en mente”. Los domingos, en la mayoría de los casos, también los hace conocer el complejo de la Mitad del Mundo.
Aunque la falta de vehículos beneficia a una mejor explicación del Centro, hay problemas los domingos.
Roberto Peralta, guía, indica que casi no pueden acceder a templos. “Las únicas a los que se les puede hacer ingresar como turistas son San Francisco y la Compañía. En las otras hay ceremonias religiosas”, aclaró.
Los turistas, a su criterio, también son atraídos por el movimiento que hay en la calle La Ronda y los juegos tradicionales que ahí se presentan.
A las 13:00, cuando el estómago pide atención, los turistas tienen opciones para saborear las tradiciones ecuatorianas. En el restaurante Tianguez, debajo del convento de San Francisco, por ejemplo, Miryam Lenna degustó las empanadas de verde. “Me encanta, viviría acá solo por la comida”, comentó.
Los domingos, el Centro se abre como un espacio diferente. Fotógrafos nacionales y extranjeros trataron de recoger las mejores postales de este patrimonio mundial que tiene obras de arte, delicias gastronómicas y gente amable.