En el San Gabriel, en Quito, padres acompañaron a sus hijos al primer día de clases. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
Su participación en el colegio de Valentina es casi nula. Lo reconoce Estefanía. Esta madre acude al plantel donde su niña empieza el primero de Básica este ciclo, para retirar informes de notas o para acompañarla en un programa.
La pequeña es una entre 1,9 millones de alumnos de establecimientos fiscales, particulares, fiscomisionales y municipales que empezaron el ciclo 2019-2020 en Sierra y Amazonía. El primer día de clases, buena parte acude de la mano de sus padres u otro delegado.
“Eso es común al principio”, subraya Galo Tabango, docente de Filosofía. Pero lamenta que en el transcurso del año lectivo los padres de familia se desvinculan del proceso educativo.
En el Colegio 24 de Mayo, los horarios de trabajo de los profesores incluyen una hora a la semana para atender a los representantes de los chicos. Hablan sobre temas de conducta y rendimiento académico. Sin embargo, comenta Tabango, hay casos en que los padres no asisten, pese a haber sido convocados con anticipación.
Guillermo Oñate, rector del Colegio San Gabriel, cree que los sistemas educativos deben propiciar la participación de los padres de familia en los planteles. No solo en lo académico sino también en actividades sociales y comunitarias.
Ayer, en el San Gabriel empezaron clases los niños de Básica elemental (segundo tercero y cuarto). Al acto inaugural llegaron acompañados de sus padres. En el 24 de Mayo, en cambio, se inició el Bachillerato, según el cronograma para los planteles fiscales.
Aunque no todos esos colegiales acudieron con sus padres, en los patios y fuera de las aulas se vio a representantes.
Ana Cristina Veloz, madre de un colegial, procura estar pendiente de las notas, comportamiento y asistencia de su hijo. Pero en este punto de su formación prefiere permitirle que se desenvuelva solo. “Se acerca a la etapa universitaria”.
El rector del San Gabriel ve importante que la participación de los padres no se convierta en “sobreprotección a los hijos”. Una vinculación exagerada -asegura- puede incluso indisponerlos.
Esa relación padre-colegio genera debates y también agradecimiento, ya que se hace de modo voluntario. Es el caso de Sandra Paspuel, quien cada año, desde hace cuatro, ha sido escogida presidenta del curso de su hija. Participa con agrado para compartir más tiempo con la niña de 8 años, relacionarse con otros representantes y estar al pendiente de las necesidades de la institución fiscal del valle.
La primera vez que colaboró en la directiva se sentía nerviosa. No conocía a otros padres. Poco a poco fue ganándose su confianza. “Siempre me llaman y me preguntan sobre deberes o me encargan a sus hijos cuando hay eventos o paseos. No todos pueden asistir”.
El año pasado, por ejemplo, organizó varios eventos como Navidad o Día del Niño. Hace dos años, en la fiesta de diciembre interpretó una danza tradicional con otras madres.
La Ley Orgánica de Educación Intercultural (LOEI) establece derechos y obligaciones de los padres o representantes legales. Entre ellos constan su participación en la evaluación docente, en las actividades escolares y en la integración de comités. Aunque muchos no asisten ni a las primeras reuniones, para evitar ser escogidos presidentes o tesoreros.
Gustavo Egüez colaboró como vicepresidente de curso, el año anterior. Fue una experiencia enriquecedora, logró organizar su tiempo entre sus actividades familiares, laborales y las del Colegio Kepler.
Moreno ratificó que pensiones no subirán
“Queridos papitos y mamitas, no se conformen con mandar a sus hijos a las escuelas, para luego desentenderse de su formación”, dijo Lenín Moreno en el evento de inauguración del año escolar en la Unidad Educativa Antisana, de Píntag, la mañana de ayer.
En su discurso se refirió al anuncio que hiciera el martes pasado. Pidió a los directivos de los planteles particulares acatar su disposición de no subir pensiones y matrículas. “Vamos a dialogar, pero hay que pensar en el bolsillo de los ecuatorianos. El clamor de padres y madres fue grande y sentido; apelo a su sensibilidad y corresponsabilidad para que den un ejemplo de respeto, acatando mis disposiciones”.
Hasta el cierre de esta edición se esperaba una cita en la Presidencia, entre directivos de colegios y la ministra Monserrat Creamer.