Tegucigalpa. AFP
A35 días del inicio de la crisis en Honduras, el gobierno golpista desafiaba a EE.UU. por presionar para el regreso del presidente Manuel Zelaya, quien esta semana buscará en México apoyo a las negociaciones. Mientras tanto, el Secretario General para Iberoamérica, Enrique Iglesias, inició ayer un nuevo esfuerzo de solución.
“No hay país poderoso y pueblo en el mundo que pueda doblegarnos”, desafió el presidente de facto, Roberto Micheletti en la noche del sábado, afirmando sin dar fundamentos que el frente interno que apoya a Zelaya con bloqueos de carretera y manifestaciones comenzó a “debilitarse”.
“En esta tierra se respeta lo que los gobiernos dicen”, agregó Micheletti, quejándose porque el embajador de Washington en Tegucigalpa, Hugo Llorens, visitó el pasado miércoles al mandatario depuesto en la frontera de Nicaragua con Honduras.
Desde el 28 de junio, cuando se consumó el golpe, el gobierno de facto afronta las presiones de Estados Unidos y de toda la comunidad internacional, pero no cede, apoyado por los empresarios y los principales dirigentes de los dos grandes partidos, Liberal y Nacional (ambos de derecha).
Zelaya, por su parte, regresó la tarde del sábado a Ocotal, a la zona fronteriza de Nicaragua con Honduras, donde se entrena una rudimentaria fuerza rebelde autodenominada ‘Ejército popular Pacífico’. El mandatario depuesto salió hacia Managua para preparar el viaje a México, donde tiene previsto analizar con el presidente de ese país, Felipe Calderón, la reactivación de la mediación que encabeza el presidente de Costa Rica, Óscar Arias.
En Tegucigalpa, cientos de simpatizantes del mandatario derrocado y su esposa, Xiomara Castro, velaban en la sede del Colegio de Profesores de Educación Media de Honduras (Copemh) los restos de Roger Vallejo, un educador de secundaria que murió en la primera hora del sábado tras ser baleado el miércoles por policías mientras participaba en una manifestación.
“Vallejo vive, la lucha sigue, sigue”, gritaban los miembros del Frente de Resistencia contra el Golpe, contradiciendo las declaraciones de Micheletti, de que la oposición a su régimen se debilita. Un profesor que fue acuchillado en la madrugada de ayer cuando salía del velorio de Vallejo es la cuarta víctima mortal del gobierno golpista en Honduras, afirmó el líder sindical Eulogio Chávez.
“Lo que yo he visto es que la gente tiene 35 días de lucha y está infatigable, los golpistas no quedarán tranquilos porque la lucha popular seguirá hasta el final”, advirtió la fundadora de la organización Madres de Plaza de Mayo de Argentina, Nora Cortiñas.
Cortiñas, que regresó ayer a Argentina, participaba en una Misión Internacional de Solidaridad, Observación y Acompañamiento de Honduras, integrada por organizaciones humanitarias de Europa y América Latina.
“La gente está saliendo a las calles, en Lempira, Copán (noroeste), Comayagua (centro), Olancho y Choluteca (sur) y en todos lados y la represión es cada vez con más saña”, manifestó Xiomara Castro.
Por su parte, el secretario general Iberoamericano, Enrique Iglesias, conversará en Costa Rica con el presidente Óscar Arias sobre la crisis de Honduras, informó un portavoz oficial.
Iglesias llegará a San José con la vicepresidenta del Gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega, en una visita que estaba prevista, pero aprovechará para tratar la crisis hondureña, precisó el director de la oficina de la Secretaría General Iberoamericana para Centroamérica, Luis Guillermo Solís. También se prevé la visita del representante de la OEA, José Miguel Insulza.
España está a favor de Zelaya
España no avalará elecciones en Honduras que se lleven a cabo bajo el gobierno instalado tras el golpe de Estado que a fines de junio depuso al presidente Manuel Zelaya. Así lo firmó el canciller español, Miguel Ángel Moratinos, en declaraciones publicadas ayer por el diario El País.
“Es indudable que, si se celebran elecciones con un gobierno de facto, y sin garantías internacionales, no lo podemos avalar”, dijo Moratinos, al ser interrogado acerca de si el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero reconocerá al gobierno que surja de las elecciones de noviembre en Honduras.
Moratinos negó que España haya “sobrerreaccionado” al golpe hondureño. “España no ha reaccionado ni más ni menos que Estados Unidos o la OEA (…). El golpe militar es muy grave no solo por Honduras, sino por el precedente para América Latina, si no se repone el orden constitucional”, sostuvo el Jefe de la Diplomacia española.